Aunque un diseñador industrial es confundido frecuentemente con sus pares gráficos, su profesión es una de las más amplias en creación y evolución
Ser diseñador industrial en una época en donde todo el mundo se ha vuelto visionario y emprendedor es difícil, no sólo por la competencia entre gente del mismo ramo, sino también por los comentarios de algunas personas que creen que el diseño sólo se enfoca en sillas y libreros.
Desde el año 2007 por iniciativa del Consejo Internacional de Sociedades de Diseño Industrial (ICSID) y con el objetivo de promover el conocimiento del diseño industrial, se celebra cada 29 de junio el Día Mundial del Diseño Industrial.
Este rubro profesionista no sólo se encarga de crear productos seriados, sino que implica diversas áreas de desarrollo del producto, calidad, procesos, mejora de los productos industriales, enfocándose sobre todo en la forma, función y uso que un usuario le dará a un objeto de la vida diaria.
Aunque este tipo de diseño nació con la Revolución Industrial y la irrupción de las máquinas en el proceso de producción, no fue hasta el año 1851 cuando con la Gran Exposición Internacional de Londres, que el término diseño industrial adquirió el significado que tiene en la actualidad.
Durante esta demostración al público se exhibieron objetos diseñados y producidos con la última tecnología de aquel momento.
Los profesionales que acudieron a aquella presentación se dieron cuenta de que el diseño había pasado a un segundo plano para conseguir una mayor calidad y funcionalidad.
Esta falta de gusto estético hizo que el producto diseñado pareciese de menor calidad por lo que a partir de aquel momento se separaron las fases del diseño y producción de los objetos de manera que ganaron en apariencia pero también en calidad.
Actualmente los diseñadores industriales han ampliado su oferta laboral en un mercado que innova no sólo en funcionalidad sino en procesamiento del objeto. Sin embargo, existen seis cosas que aún hacen rabiar a estos profesionales.
“¿Diseño industrial? Ahhh sí, los que hacen sillas”
“Por alguna razón casi desconocida la gente piensa que los diseñadores sólo nos dedicamos a producir sillas de formas graciosas para los museos”, cuenta Aarón Rivera, diseñador con cinco años de experiencia en el ramo de control de calidad.
“Si bien el diseño más reconocido es aquél que innova la presentación de algún producto, un diseñador industrial conoce de procesos y realiza estudios sobre productos y necesidades específicas para crear una mejora en el ramo, y no sólo una adaptación estética”.
No encontrar trabajo de lo que se estudia
Como todas las carreras en México, aunque el área laboral de la profesión es muy amplia, la oferta no es tan extensa y tiene grandes deficiencias y trabas.
La principal de ellas, coinciden los egresados, se enfoca en que las empresas que solicitan diseñadores industriales lo hacen para fabricar stands publicitarios o muebles sobre diseño para tiendas comerciales, lo que los encasilla en ser simples vendedores de modelos ya establecidos por grandes franquicias.
¿Por qué me cobras tanto si sólo es un clóset, librero, cocina, etc.?
Mucha gente piensa que “diseñar un objeto” es sólo enfocarse en lo estético, por lo que no valoran el esfuerzo que se hace en que el producto cuente con la calidad necesaria para ser funcional y duradero.
Cuando un diseñador exhibe una pieza modular, la mayoría de la gente sólo observa la apariencia y piensan que por ser minimalista debe de ser barato pues “no tiene chiste”, aunque en la creación del mismo se hayan implementado mejoras en los procesos industriales que lo hacen totalmente innovador.
Ser diseñador, carpintero, joyero, artesano, vendedor, publicista y cobrar 8 mil pesos
Los diseñadores industriales son profesionistas especializados en el desarrollo de un producto.
Esto los lleva a realizar estudios previos sobre la necesidad de ese objeto, estudios de mercado y calidad, mejorar su proceso de fabricación y su estética, manejar softwares y programas de diseño, así como saber sobre el uso de herramientas y máquinas industriales, presentar el producto, publicitarlo y venderlo.
Ya sea que modelen algo en cristal, plástico, laminados, madera, superficie sólida o joyería, los diseñadores recorren un gran camino desde la concepción de su idea hasta el producto terminado, para que la gente piense que sólo debe pagarles por la apariencia.
¿Estudiaste diseño? A ver cuándo me diseñas mi logo
El error más común en el que se cae cuando una persona se presenta como diseñador es que todo mundo piensa en la creación de logos y camisetas, pues es muy frecuente que el diseño gráfico se confunda con el industrial.
Si bien es cierto que los diseñadores industriales son capaces de crear un logo y montar toda la estructura de un producto, encasillarlos en esa simple función es limitar su capacidad creativa y su preparación técnica industrializada.
El diseño visto como un sector elitista
La gente que desconoce lo que es el diseño y sólo se dejan llevar por ferias y exposiciones anuales, piensan que el diseño industrial sólo está presente en sectores elitistas que lo hacen caro e innecesario, esto porque en ellas se presentan objetos cuyo procesos de mejora inician con estéticas vanguardistas.
No obstante, el diseño industrial se encuentra en todos los procesos de fabricación actuales, desde envases de plástico para detergentes, hasta botellas de refresco, juguetes para niños, muebles para cocina, utensilios varios, prótesis médicas, joyería, física, robótica, deportes, entre otros.
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