Adriana se suma a un gran listado de mexicanos que necesitan reactivar su negocio, juntos incentivemos el comercio local y levantemos la economía nacional
Desde el pasado 23 de marzo, cuando las autoridades iniciaron con la Jornada Nacional de Sana Distancia y los negocios no indispensables en todo el país se vieron en la obligación de frenar sus servicios, miles de mexicanos comenzaron a perder sus fuentes de ingreso.
Adriana Pérez, una microempresaria de Coacalco, Estado de México, recién tenía un año con su local el cual había ido levantando a base de mucho esfuerzo, pero que tuvo que bajar la cortina ante la falta de clientes que dejaron de solicitar sus servicios como aplicadora de uñas.
A lo largo del tiempo que Adriana mantuvo abierto su negocio, logró “sortear” de la mejor manera la situación de violencia que existe en el municipio, el cual pertenece a uno de los ocho de más peligrosos de la entidad.
De acuerdo con las cifras más recientes del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los municipios de Ecatepec, Tlalnepantla, Coacalco, Cuautitlán, Naucalpan, Tultitlán, Nezahualcóyotl, Toluca y Lerma, registran el mayor número de delitos de alto impacto como secuestro, extorsión y homicidio.
“Coacalco se ha puesto súper feo, balazos en las madrugadas, mucho narco menudeo, el gobernador no hace nada. Y pues esta situación (la pandemia) afecta más”, señala la también madre soltera de una niña de 10 años.
Pese al clima de inseguridad existente, Adriana lograba cubrir sus necesidades básicas y las de su hija a través del diseño y colocación de uñas postizas, sin embargo a raíz de la pandemia y el cierre forzado de su local, su situación cambió.
“Iba a cumplir un año con mi local, pero mejor lo cerré porque la renta seguía corriendo y pues no me alcazaba para pagarla. Acá la gente no cree pero aún así muchas personas que nos dedicamos a las uñas o salones hemos cerrado”, destaca.
Auxiliada por su hermana y buscando solventar los gastos de su pequeña, Adriana trabaja desde su hogar y oferta sus servicios a través de sus redes sociales (pulsa AQUÍ para contactarla), en donde publica descuentos de su trabajo para poder sacar un poco de sustento diario, pues -dice- hay semanas en que no cae ni un sólo cliente.
“Profesionalmente me ha ido muy mal porque he perdido al 90% de mis clientas, obvio prefieren comer a ponerse uñas“, indica tratando de no perder su objetivo, y aunque puede estar más tiempo con su familia, la desesperación por generar ingresos le ha provocado mucho estrés.
Si tú quieres apoyar a Adriana, puedes ponerte en contacto con ella y entre todos incentivemos el comercio local para y levantemos nuevamente la economía nacional.
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