Miriam, al igual que miles de mexicanos, ha tenido que modificar su rutina familiar, laboral y postergar sus proyectos personales ante la pandemia de Covid-19
Miriam Márquez tiene un negocio en el que vende vestidos de primera comunión, bautizos y de gala para salidas de sexto. Ubicada dentro del Mercado Municipal de Zumpango en el Estado de México, ella y su familia han pasado los últimos dos meses viendo como los pocos ahorros familiares se han esfumado a causa del Covid-19.
No obstante, sabe que una batalla no termina hasta el último round, por lo que no se deja vencer pues tiene dos hijas a quienes les dedica su esfuerzo diario para salir adelante.
Desde el pasado mes de marzo, el local de Miriam tuvo que cerrar ya que al no ser un negocio “indispensable” para la vida cotidiana, las autoridades no le permitieron continuar ganándose el sustento diario como lo ha hecho desde hace siete años en su local.
Sin embargo, los gastos no se han detenido y el pago de la renta, a los proveedores y la solidaridad que ha mostrado con la empleada que trabajan con ella, a quien pese a la contingencia se le ha logrado pagar la mitad de su quincena, comenzaron a minar sus pocos ahorros.
“Es muy triste por qué al encontrarse en un mercado, pues siempre existe la verbena popular que caracteriza a los mercados y ahora todo cerrado… Todo triste”, comenta.
Para lograr pagar los gastos del negocio y propios de su hogar, Miriam ha recurrido a la venta por internet de sus productos (pulsa AQUÍ para contactar con ella), pero éstos no se venden como antes ya que las autoridades también suspendieron la realización de servicios religiosos y fiestas, lo que impacta aún más en su economía.
Es por ello que también se integró a la venta de comida con entrega a domicilio dentro de su zona, y con ello poder solventar los gastos mensuales.
Pero aunque Miriam no se deja vencer, la realidad es que la pandemia de Covid-19 ha impactado en la dinámica familiar y en los sueños de superación pues sus hijas, que se encontraban dentro de una escuela particular, tendrán que regresar al sector público ya que no alcanza para cubrir con las colegiaturas.
De acuerdo con la encuesta de Seguimiento de los Efectos del Covid-19 en el Bienestar de las Niñas, Niños y Adolescentes, las familias con menores han sido las más vulnerables ante la crisis, pues el 73.5 por ciento de los hogares con menores de 18 años reportaron una reducción a la mitad en el ingreso del hogar.
“Aquí en el Estado de México seguimos en semáforo rojo. Mientras no cambie a naranja no podremos reabrir”, señala Miriam quien está a la espera, como miles de mexicanos, de un préstamo grupal para locatarios por parte del ayuntamiento para poder subsistir las siguientes semanas de cierre.
Sin perder su objetivo, que es seguir luchando para dar lo mejor a ella y su familia, esta comerciante no pierde la esperanza y mira la vida con otro sentido.
“Definitivamente este suceso nos cambió la vida, pero que también nos ha dejado una gran lección: Valorar mucho más nuestra familia, la salud, el trabajo, el techo en el que vivimos… Comparados a otras personas, se muy bien que somos muy afortunados y bendecidos… Que tenemos que ahorrar para cualquier cosa que se presente. Y que volveremos más fuertes, más empáticos, más unidos”, finalizó.
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