El aislamiento social, el miedo al contagio y la pérdida de miembros de la familia se ven agravados por la angustia de perder ingresos y, a menudo, el empleo por la COVID-19
El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que es necesario aumentar “urgentemente” la inversión en servicios para la salud mental o esperar un incremento en padecimientos causados por la pandemia de Covid-19.
“El impacto de la pandemia en la salud mental de las personas ya es preocupante. El aislamiento social, el miedo al contagio y la pérdida de miembros de la familia se ven agravados por la angustia de perder ingresos y, a menudo, el empleo”, destacó en comunicado difundido este jueves.
El directivo de la OMS citó el informe de las Naciones Unidas “Covid-19 y la necesidad de acción sobre la salud mental” para destacar que la depresión y la ansiedad están aumentando, los servicios destinados a ello están interrumpidos, y la necesidad de alternativas en el tema.
Según los datos de la ONU, antes de la pandemia de COVID-19 la depresión y la ansiedad ya costaban a la economía mundial más de un billón de dólares al año.
Dentro de los grupos vulnerables que tienen un riesgo particular de angustia sicológica se encuentran los trabajadores de la salud, sometidos a grandes cargas de trabajo; los niños y adolescentes, porque las medidas de aislamiento los vulnera a ser testigos o sufrir violencia; y las mujeres que trabajan desde casa, realizan labores domésticas e impulsan la educación.
El informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) también considera el consumo de alcohol como un área preocupante. “Las estadísticas de Canadá informan que el 20% de las personas entre 15 y 49 años han aumentado su consumo” durante la pandemia.
Pero también se hace eco de una advertencia de la Comisión sobre Salud Mental Mundial y Desarrollo Sostenible de la publicación científica The Lancet, en el sentido de que “muchas personas que antes salían adelante ahora son menos capaces de hacerlo debido a los múltiples factores de estrés generados por la pandemia“.
Una situación comprensible dadas las muchas incertidumbres a las que se enfrentan las personas, señala el estudio de la ONU, antes de destacar el creciente uso de adicciones, tales como el alcohol, las drogas, el tabaco y los juegos de apuestas en línea.
La OMS destacó resultados obtenidos en algunas naciones. Por ejemplo, un estudio en Etiopía realizado en abril, que informó un aumento de tres veces en la prevalencia de síntomas de depresión en comparación con las estimaciones previas a la pandemia.
De igual forma, que en China, los trabajadores de la salud informaron altas tasas de depresión, ansiedad e insomnio, con un 50, 45 y 34% respectivamente. En Canadá, casi la mitad de los trabajadores reportaron la necesidad de apoyo sicológico.
Y un análisis realizado con jóvenes británicos con antecedentes de necesidades de salud mental reveló que el 32 por ciento de ellos consideró que la pandemia había empeorado su salud mental.
En suma, Dévora Kestel, Directora del Departamento de Salud Mental y Uso de Sustancias en OMS estimó que esta “es una oportunidad para construir un sistema de salud mental que sea adecuado para el futuro.
“Esto significa desarrollar y financiar planes nacionales que trasladen la atención de las instituciones a los servicios comunitarios, garantizando la cobertura de las condiciones de salud mental en los paquetes de seguro de salud y construyendo la capacidad de recursos humanos para brindar atención social y de salud mental de calidad en la comunidad”, concluyó.
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