Si no se da ese dinero, se tendrá que lidiar por años con los efectos colaterales de la pandemia, lo cual será dolorosa, afirmó la ONU
Mientras algunos países comienzan a levantar sus cuarentenas, otros siguen en ella y en las afectaciones que ésta conlleva, por ello la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pide triplicar los fondos para combatir la pandemia del COVID-19.
El secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, fue el encargado de lanzar el nuevo plan que busca ayudar a 63 países, aunque hay un grupo adicional de naciones bajo vigilancia, y es el principal vehículo de recaudación de fondos de la comunidad internacional para responder a los problemas humanitarios que causa el virus en los países de ingresos bajos y medios y apoyar sus esfuerzos para combatirlo.
El programa proporciona prioritariamente ayuda y protección a los más vulnerables como las personas de edad, las personas con discapacidad y las mujeres y niñas, ya que las pandemias tienden a agravar los niveles existentes de discriminación, desigualdad y violencia de género. También incluye programas de respuesta al aumento de la inseguridad alimentaria.
El plan combina los llamamientos de la Organización Mundial de la Salud y otros organismos humanitarios de las Naciones Unidas.
El análisis realizado por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU destaca que el costo de proteger de los peores impactos al 10% de las personas más vulnerables del mundo es de aproximadamente 90.000 millones de dólares, o el equivalente al 1% del actual paquete de incentivos establecido por los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y del G-20.
Se calcula que dos tercios de esos costos podrían ser costeados por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional si reciben el apoyo necesario para modificar las condiciones de ayuda a los países más vulnerables. El resto deberá provenir de un aumento de la asistencia oficial para el desarrollo en los próximos 12 meses.
Los países más pobres comienzan a sentir el impacto
Pese a que se espera que el pico de la enfermedad alcance a los países más pobres del mundo en algún momento de los próximos tres a seis meses, ya hay evidencias del desplome de ingresos y la desaparición de empleos, una disminución del suministro de alimentos, los precios se disparan al alza y los niños no disponen de vacunas y comidas, explicó Lowcock.
Hasta la fecha y desde que el Secretario General de las Naciones Unidas lanzó el plan el pasado 25 de marzo se han recaudado 1000 millones de dólares. Entre ellos, 166 millones provienen de los fondos comunes de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios en apoyo a los programas en 37 países, 95 millones de dólares del Fondo central para la acción en casos de emergencia de las Naciones Unidas y 71 millones de dólares de 12 fondos conjuntos nacionales.
Con ese dinero se ha conseguido:
- La construcción de instalaciones para el lavado de manos en zonas de alta vulnerabilidad como los campamentos de refugiados; y la distribución de guantes, mascarillas quirúrgicas, (ventiladores?) respiradores N95, batas y gafas protectoras y equipos de análisis para ayudar a los países vulnerables a responder a la pandemia
- La creación de nuevos centros de transporte desde los que se puedan transportar suministros por vía aérea
- La capacitación a través del portal en línea de la Organización Mundial de la Salud COVID-19 de más de 1,7 millones de personas en todo el mundo, entre ellos profesionales sanitarios, para la identificación del virus y tomar las medidas necesarias de protección
Otros riesgos sanitarios
El evento también contó con la participación de destacados miembros de agencias y programas de la Organización como el director ejecutivo de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud, Mike Ryan, quien expuso que las personas no solo fallecen debido a causas directas relacionadas con el coronavirus, sino también indirectas como las enfermedades mentales por la falta de acceso a servicios sanitarios.
“La evidencia en los conflictos indica que una de cada cinco personas ya sufre una dolencia relacionada con la salud mental y es probable que la pandemia exacerbe sus condiciones e induzca factores de riesgo para el desarrollo de nuevas condiciones. También limitará el acceso de aquellos con problemas preexistentes a los ya escasos servicios de salud mental que tenían”, destacó.
Ryan señaló que el plan incluye el tratamiento de este tipo de enfermedades para todas las poblaciones afectadas, así como el acceso a pruebas diagnósticas, equipos de protección personal y otros suministros médicos esenciales.
Migrantes
Por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, explicó que 1500 de los 6700 millones del plan se dedicarán a las situaciones con grandes cantidades de refugiados.
Destacó que aparte de la sanitaria emerge una crisis de medios de vida que afecta a refugiados, desplazados y migrantes que dependen de ingresos precarios “que son los primeros que desaparecen en situaciones de confinamiento.
Entre los múltiples riesgos para este grupo de personas. Grandi advirtió que se encuentra el del incremento de la trata.
“Muchos de los países en los que se generan privaciones por la COVID19 son países de grupos migratorios vulnerables y peligrosos. Y sabemos los elementos que causan estos movimientos. Son causados por el conflicto y la pobreza y, a menudo, en combinación. La COVID19 se suma a estas dificultades y añade motivación y margen para más movimientos de población a los que tenemos que prestar atención”.
Con información de
ONU Noticias
DMS