El Primer Ministro aseguró que él y su gobierno tenían un plan por si él fallecía.
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha revelado que el deterioro de su salud por la COVID-19 a principios de abril llevó a su Gobierno a diseñar una estrategia para afrontar su posible muerte.
“Fue un momento muy duro, no lo voy a negar. Tenían una estrategia para lidiar con un escenario del tipo muerte de Stalin”, afirmó el jefe de Gobierno en una entrevista publicada este domingo el diario “The Sun On Sunday”.
Johnson, de 55 años, estuvo tres días ingresado en la unidad de cuidados intensivos del hospital St Thomas de Londres, donde los médicos le administraron “litros y litros de oxígeno”, explicó.
Aseguró que en los primeros momentos no reconocía la gravedad de su estado y se negaba ir al hospital: “No me parecía un buen movimiento, pero fueron bastante inflexibles. Mirando atrás, hicieron lo correcto obligándome a ir”, sostuvo.
Tras dos semanas de convalecencia en la residencia campestre de Chequers, el primer ministro regresó la semana pasada a su despacho de Downing Street, desde donde diseña estos días la hoja de ruta para la desescalada de las medidas de confinamiento contra la pandemia de COVID-19.
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AFG