En madres con COVID-19, a lactancia puede ser directa, bajo rigurosas precauciones sanitarias, o de manera indirecta con la leche extraída
Dado a que las mujeres embarazadas están consideradas como grupo de alto riesgo ante el COVID-19, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) otorga orientación sobre los cuidados que deben observarse en esa etapa, así como en el puerperio (recuperación post-parto), así como en la lactancia, con el propósito de prevenir contagios del virus SARS-CoV-2, tanto en las madres como en los recién nacidos.
Por ello, la Directora de la Escuela Superior de Enfermería y Obstetricia (ESEO), Guadalupe González Díaz, externó el respaldo de ese plantel en el cuidado de la salud de las mujeres embarazadas, de quienes se recuperan del parto y de los recién nacidos que “sin importar que su madre haya tenido COVID-19, atraviese por las infección o esté en la etapa final de la misma, es importante que lacte al bebé, ya que a la fecha no hay evidencia científica de la presencia del virus en la leche materna”, señaló.
Informó que los correos institucionales en los que las pacientes pueden recibir orientación y solicitar recomendaciones son: eseoobstetricia@ipn.mx, eseoperinatal@ipn.mx, eseonutricion@ipn.mx y eseopsicología@ipn.mx.
Destacó la importancia de que el recién nacido ingiera el calostro de la leche (sustancia generada los primeros días), ya que mediante éste se le brinda cierta inmunidad contra infecciones virales.
“La lactancia puede ser directa, bajo rigurosas precauciones sanitarias (uso de cubrebocas y bata especial, lavado escrupuloso de las manos y senos), o de manera indirecta, con la leche extraída bajo técnicas estériles mediante un tira leche”, apuntó.
La Maestra en Ciencias de la Salud explicó que, además de las precauciones sanitarias establecidas (confinamiento, lavado constante de manos, estornudo de etiqueta y sana distancia), es importante que las embarazadas mantengan el cuidado prenatal apropiado que radica fundamentalmente en una alimentación equilibrada a base de vitaminas, proteínas, minerales y libre de harinas; adecuadas horas de sueño; realización de ejercicio de bajo impacto, toma de ácido fólico y monitoreo de la presión arterial.
En cuanto al parto, Guadalupe González precisó que lo ideal es que sea natural, pero en caso de que la paciente estuviera infectada con el virus SARS-CoV-2 sólo se debe practicar cesárea ante el surgimiento de alguna complicación (como fiebre elevada o problemas respiratorios) que pusiera en riesgo a la madre o al bebé.
“Hasta el momento en México es mínimo el reporte de casos graves al respecto, pero en el momento que se presenten situaciones de alto riesgo exacerbadas por COVID-19, se debe atender a la paciente de manera multidisciplinaria (médicos especialistas en infectología, gineco-obstetricia., perinatología y terapia intensiva) en un hospital de tercer nivel”, agregó.
Recomendó que al momento del parto sólo acompañe a la mujer una persona sana, mayor de 18 y menor de 60 años, responsable de seguir el protocolo sanitario correspondiente; además descartó las visitas de familiares o amigos después del nacimiento, ya que en la etapa post parto tanto la mujer como el recién nacido son vulnerables a infecciones.
“La sana distancia y el resguardo en casa son la mejor manera de protegerlos a ambos”, puntualizó.
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