Las ventas en los mercados públicos y en los pequeños negocios familiares han bajado al menos 60 por ciento, pese a ello, los mexicanos no se rinden
En medio de la -ahora- emergencia sanitaria por coronavirus, en el país diariamente cientos de mexicanos arriesgan su salud ante la poca o nula posibilidad de quedarse en casa, esto debido a la precaria economía en la que un día sin trabajo implica también un día sin comer.
Son los pequeños comerciantes y empleados de las áreas de servicio más bajo, los que diariamente deben buscar nuevas ideas que les permitan seguir llevando el sustento a casa, esto ante la baja de clientes o las limitantes que las autoridades comienzan a imponer para evitar más casos de contagio de coronavirus en el país.
Tan sólo en los más de 329 mercados públicos de la Ciudad de México, el descenso de la actividad económica derivada de la Fase 2 de alerta por COVID-19, ha derivado en el cierre de negocios y reducciones en ventas de hasta 80 por ciento.
El presidente del Frente de Comerciantes Colaboradores del Servicio Público de Mercados de México, Edgar Álvarez, señaló que las ventas en los mercados públicos de la capital bajaron al menos 60 por ciento, pero pese a ello, los locatarios no abandonan su actividad.
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