La propagación de la enfermedad en la secta en Corea del Sur partió de una mujer de 61 años que asistió a por lo menos cuatro oficios antes de ser diagnosticada
Lee Man-hee, el fundador de la Iglesia de Jesús ShinCheonji, se arrodilló dos veces, puso la frente en el piso y ofreció disculpas después de que en su templo se habían contagiado personas de coronavirus en Corea del Sur.
“Quiero ofrecer mis más sinceras disculpas a la gente, en nombre de los miembros. No fue intencionado, pero numerosas personas fueron contagiadas”, declaró ante los medios de comunicación.
Lee es adorado como el “pastor prometido” por los adeptos de ShinCheonji, también conocido como el Templo del Tabernáculo del Testimonio, un recinto que se ubica en Daegu, la cuarta ciudad más importante del país.
Este movimiento religioso, fundado en 1984, afirma que este hombre se colocó el manto de Cristo y llevará al paraíso a 144 mil personas el día del juicio final.
Su grupo está relacionado con la mitad de contagios de coronavirus en Corea del Sur. En total, en esa nación asiática hay cinco mil 600 casos confirmados.
Lee Man-hee, líder de la secta Iglesia de Jesús Shincheonji, relacionada con la propagación del nuevo coronavirus covid-19 en Corea del Sur, se disculpó el pasado 2 de marzo. pic.twitter.com/yLrdItAWpA
— RT en Español (@ActualidadRT) March 3, 2020
Además, han muerto 34 personas, de las cuales, la mayoría son adultos mayores que padecían patologías previas.
“Pusimos en práctica todos nuestros esfuerzos, pero fuimos incapaces de evitarlo. Pido perdón a la población”, manifestó el religioso de 88 años.
La propagación de la enfermedad en la ciudad comenzó con una mujer de 61 años, quien fue identificada como “paciente 31”.
Empezó a sufrir fiebre el 10 de febrero y asistió al menos a cuatro misas de Shincheonji, antes de ser diagnosticada.
Tras el caso, las autoridades lanzaron una gran campaña de detección para conocer el alcance de la enfermedad e intentan someter a pruebas a más de 266 mil fieles.
Al respecto, el ayuntamiento de Seúl anunció una demanda contra 12 dirigentes del movimiento, entre los que figura Lee Man-hee. Se les acusa de no haber hecho todo lo posible para incitar a sus miembros a cooperar.
El fundador de la secta afirmó que el grupo de feligreses estaba “cooperando activamente con el gobierno”.
“La posibilidad de que muchas personas sentadas juntas en un espacio muy reducido durante un servicio por más de una hora pudo haber llevado a unos pocos que estuvieron expuestos a infectar a muchos otros”, declaró el director del Centro de Control de Enfermedades de Corea del Sur, Jung Eun-kyeong, en una conferencia de prensa.
“Puede haber prácticas dentro de una iglesia, como llorar o cantar, que fomentan la transmisión a través de la saliva o las lágrimas”, agregó el experto.
Por su parte, Lee se sometió a la prueba de coronavirus y dio negativo en los estudios.
El movimiento, fundado en 1984, afirma que este hombre se ha puesto el manto de Cristo y llevará al paraíso a 144.000 personas el día del juicio final.
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