Portugal pone el ejemplo sobre las consecuencias del racismo y la violencia en el fútbol, algo que muchos países deberían hacer
Los partidos de fútbol en todo el mundo se empañan con la violencia, racismo, xenofobia e incluso gritos homofóbicos como en nuestro país, se aplican ciertos castigos, pero lo hecho por Portugal es ejemplar.
Moussa Marenga, jugador franco-senegales, fue insultado y agredido por la afición, él tomó una decisión -cuestionada por muchos- pero el asunto no quedó a nivel personal, se hizo un caso de Estado, donde varios funcionarios han opinado.
Sin duda esto resulta ejemplar, ya no pueden tolerarse este tipo de comportamientos, que en muchos países siguen sucediendo.
En nuestro país hemos visto algunas sanciones que se han aplicado a las faltas cometidas por los aficionados del fútbol, lo cual se aplaude, basta ya de seguir teniendo malos comportamientos.
Pero hay un caso en particular que se ha tolerado, sobre él y todo lo anterior les hablo en mi columna, ya no se debe tolerar ninguna agresión ni de aficionados, ni de jugadores, el fútbol es un gran deporte de equipo, todos debemos serlo y comportarnos adecuadamente.
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