Murieron 23 personas entre futbolistas, periodistas, cuerpo técnico y personal aéreo
El desastre aéreo de Múnich tuvo lugar en la propia ciudad alemana de Múnich el 6 de febrero de 1958, cuando el Airspeed Ambassador que realizaba el vuelo 609 de la British European Airways se estrelló en el aeropuerto de Munich-Riem, donde viajaba el equipo de fútbol inglés Manchester United.
El 6 de febrero de 1958 la plantilla completa del Manchester United volvía a Inglaterra tras disputar los cuartos de final de la Copa de Europa ante el Estrella Roja de Belgrado de Yugoslavia, uno de los dos grandes clubes en aquel momento.
Los jugadores de los Red Devils que perdieron la vida fueron Geoff Bent, Roger Byrne, Eddie Colman, Mark Jones, David Pegg, Tommy Taylor, Liam Whelan y Duncan Edwards.
El United había empatado, 3-3(5-4 en total para los ingleses), y se clasificaba para las semifinales donde esperaba el AC Milan.
Después del accidente el Manchester United tuvo que ser armado totalmente, motivo por el cual en aquella temporada de 1958 quedó en noveno en la Premier League y perdió la final de la FA Cup.
Antes de que el avión tomara la pista de despegue, los pilotos James Thain y el copiloto Kenneth Rayment escucharon un par de veces ruidos extraños en la aeronave.
Los tripulantes descendieron, esperando que el viaje se pospusiera para el otro día. Sin embargo, después de deliberar, los pilotos decidieron regresar al avión para volar rumbo a Inglaterra.
El futbolista Liam Whelan dijo cuando se decidió que el vuelo se llevaría a cabo: «Vamos a morir, pero estoy listo». Sus palabras se cumplieron.
Con la muerte de algunos de los llamados Busby Babes se acabó lo que parecía ser una generación dorada para el futbol inglés destinada a gobernar Europa y el mundo.
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