Me resulta un poco difícil creerle a Felipe Calderón, ex jefe de García Luna, que ha dicho nunca supo de una conducta indebida de su subordinado
La detención de Genaro García Luna es sin duda una bomba que me parece no acabamos de dimensionar. Es de sobra conocido que García Luna fue el artífice de la AFI y posteriormente fue el Secretario de Seguridad Pública Federal. En su tiempo en la AFI fue acompañado por dos muy buenos operadores, el ingeniero Facundo Rosas y Luis Cárdenas Palomino.
Fue con ellos como se logró la detención de peligrosos secuestradores como Daniel Arismendi apodado el “Mochaorejas”. Un mérito innegable fue la transformación de la otrora Policía Judicial Federal, institución llena de rateros, en una agencia de investigación que utilizaba tecnología de punta como el reconocimiento de voz y el procesamiento de datos por medio de agentes de gabinete que tenían un nivel de escolaridad de por lo menos licenciatura.
Me parece muy importante resaltar, como en los Estados Unidos, que aquí en México debería operar el derecho fundamental de la presunción de inocencia, por el cual no podríamos condenar por adelantado a García Luna, paradójicamente esta presunción fue la que él mismo le negó a la francesa Florence Cassez y a los integrantes de la banda de secuestradores denominada los “Zodíaco” encabezada por Israel Vallarta, de todo mundo es conocido el montaje televisivo que derivó finalmente en la liberación de la francesa, por estimar la SCJN que se le presentó como culpable en televisión nacional y no había un juez en el país que pudiera ofrecerle un proceso justo.
Me resulta un poco difícil creerle a Felipe Calderón, ex jefe de García Luna, que ha dicho nunca supo de una conducta indebida de su subordinado. Todo es cuestión de recordar como el mismo presidente decidió remover de su cargo al encargado del Órgano de Control Interno de la Secretaria que encabezaba el hoy detenido en Dallas, después de que le documentó algunas irregularidades que sería impensable que el presidente no supiera. La obstinación de Calderón al respecto de proteger a Garcia Luna incluso lo llevó a un enfrentamiento con el Ministro Arturo Zaldivar, actual presidente de la Corte, al cual le quería dar órdenes olvidando la independencia del poder judicial y queriéndole cobrar el “favor” de que él lo llevó a la corte.
El testimonio que llevó a la detención del ex secretario viene de un testigo protegido identificado como “púrpura” que al parecer sería el Rey Zambada, que fungía como contador y principal operador del Mayo Zambada. El mismo testigo manifiesta que se reunió en dos ocasiones con el detenido dándole 3 y 5 millones de dólares para que dejaran operar a su Cártel. En el mismo sentido lo escribe Anabel Hernández en su más reciente libro “El Traidor”, una historia que narra a la limón, con los textos que el abogado Gaxiola le entregó escritos por el puño y letra de Vicentillo el hijo de Zambada, donde él mismo relata los sobornos entregados.
Hay que recordar que en esos testimonios también se menciona a Gabriel Regino y al mismo ex presidente Enrique Peña Nieto. Habrá que ver hasta donde llegan las indagatorias del gobierno de EUA y lo resueltos que estén en procesar a personajes de alto nivel como el hoy requerido por la corte del Este de Brooklyn, García Luna.
Por otro lado difícil pacificar al país cuando los encargados de hacerlo estuvieron involucrados, presuntamente, en casos como este.
Interesante lo que ha declarado Alejandro Desfassiaux, presidente del Grupo Multisistemas de Seguridad Integral, al respecto del robo hormiga. Dando a conocer las cifras de este tipo de actos, que deja acuerdo con sus datos, puede alcanzar los 13 mil millones de pesos, lo que se traduciría en el 15 por ciento del inventario de una empresa, mermando hasta el 30 por ciento de sus ingresos, siendo un flagelo padecido por el 28 por ciento de las Pymes. Resulta claro que la conducta quizá no tenga una alta peligrosidad, pero sus consecuencias son terribles para la economía local.
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