Olga Sánchez Cordero, no sólo es una mujer impoluta y decente, también es la miembro más “fifí” del gabinete por sus méritos y trabajo
Lamento profundamente la ingenuidad de mi querida Olga Sánchez Cordero. Innecesarias sus “ barabatas” en las cuales le da bola a las aspiraciones de Jaime Bonilla de gobernar 5 en lugar de 2 años en Baja California.
Quiero ser claro. Olga Sánchez Cordero, no sólo es una mujer impoluta y decente, también es la miembro más “fifí” del gabinete. La primera notario en la historia de la Ciudad de México, su esposo un notario exitoso, y por sus méritos y trabajo, mansión casi en el cruce de Palmas y Reforma.
No puedo tener mejor opinión de la Secretaria de Gobernación. Me parece una mujer proba y sin necesidad de enriquecerse de forma ilegal. Jaime Bonilla me parece un empresario exitoso y sin necesidad de querer perpetuarse en el poder, pues su peculiar no es menor que el de la “balconeada” secretaria. Por lo tanto no me explico que carajo le pasa a los dos para exhibir ese cinismo y soberbia en una transmisión, estuvieran enterados o no.
Me parece que, tratándose de la polémica “Ley Bonilla”, debería de imperar la prudencia, y sobre todo en la secretaria de gobernación, pues además es ex ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Sus explicaciones de la legalidad contra la resolución del máximo tribunal solo abonaron a hacerla ver patética e inexperta en el manejo de crisis.
Todo lo anterior, solo tiene una fuente del desastre, el manejo de la comunicación social del gobierno federal. De la misma forma que resulta lamentable ver al presidente de la República, ofreciendo explicaciones “disímbolas” durante 5 días seguidos, respecto al desastres del 17 de octubre, es triste ver las maromas explicativas de la secretaria que resultó ser la “Viruta” del Capulina Bonilla.
Me queda claro, que la crisis del “Culiacanazo” hubiera sido menor siempre y cuando el Presidente tuviera herramientas de comunicación que incluyeran la pipa de gasolina colocada afuera de la unidad habitacional en donde habitaban los parientes de los soldados que estaban desplegados, y que amenazaban con hacerla explotar.
De la misma forma preocupa, como resulta obvio, que ni el alto mando de la SEDENA, ni el comandante supremo del ejército nacional, estuvieran enterados del famoso operativo, nos remite a teorías conspirativas, peligrosas pero viables, en el contexto actual de las cosas.
Me queda claro que al ciudadano Presidente le urge tener junto a sí a alguien a quien le haga caso, que inhiba su frustración frente a las justificadas preguntas de los medios. Alguien que le haga entender que su comentario frente a los reporteros heridos, en el sentido de que cubran sus actividades los corresponsales, no fue solo poco oportuna sino insensible.
Lo digo claramente, no es novedad que César Yañez es mi amigo. En esta columna no oculto ni filias, ni fobias, pero si recordamos los dulces tiempos de la campaña, era una historia muy distinta. Un candidato, contenido y de buenas, con ideas claras y un sarcasmo exquisito y bien manejado.
Hoy hay un presidente avinagrado y sensible ante los evidentes problemas de cambiar del candidato a mandatario. Creo que es momento de perdonar y reordenar. No creo que este gobierno logre hacer crecer al país y mucho menos pacificarlo si no tienen la capacidad de comunicarlo adecuadamente.
En el estribo.- Este fin de semana estuve de nuevo en uno de mis lugares favoritos: Querétaro. Sigue siendo uno de los lugares más vibrantes y hermosos del país. El equipo de los Gallos, en plan grande de la mano de Vucetich, poniendo en orden a los Tigres y el estado comandado por Pancho Domínguez creciendo y consolidándose como un lugar que provee calidad de vida.
No le debo nada a ninguno de los dos, pero me da orgullo que existan dos tipos fregones que tienen a QUERÉTARO, mi segunda patria, en los cuernos de la luna, les guste o no a muchos.
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