A 37 años de distancia Blade Runner es considerada «cultural, histórica o estéticamente significativa», y se le utilizada en conferencias universitarias
El futuro nos alcanzó y por fin llegó la fecha anunciada por la película de 1982 dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Harrison Ford: Blade Runner.
Así, el que a principios de la década de 1980 era el futuro distópico, salvo en las ciudades insalubres, no se asemeja en nada a lo que vivimos al 1 de noviembre de 2019; no hay robots humanoides hiperrealistas (replicantes) que se encarguen de los trabajos pesados, ni coches voladores.
Quedándose en la ciencia ficción, la realidad es que Los Ángeles no es una decadente ciudad inundada por computadoras parlantes producto de la bioingeniería, ni está inmersa en una noche eterna y lluviosa.
¿Recuerdan que al comienzo de Blade Runner se dice que “A principios del siglo XXI la Tyrell Corporation desarrolló un nuevo tipo de robot llamado Nexus, un ser virtualmente idéntico al hombre y conocido como replicante”?
Los humanos artificiales a los que se emplea en trabajos peligrosos y como esclavos en las «colonias del mundo exterior» de la Tierra, particularmente el Nexus-6, son indistinguibles físicamente de un humano, aunque tienen una mayor agilidad y fuerza física, y carecen teóricamente de la misma respuesta emocional y empática, fueron declarados ilegales después un motín sangriento.
De esta manera, la cinta plantea que un cuerpo especial de la policía, los blade runners, se encarga de identificar, rastrear y «retirar» (matar) a los replicantes fugitivos que se encuentran en la Tierra. Con un grupo de replicantes suelto en Los Ángeles, Rick Deckard, un «viejo» blade runner, es sacado de su semi-retiro para eliminarlos.
Y hoy, a 37 años de distancia son muchos los que señalan que Blade Runner sigue exponiendo una serie de tendencias y preocupaciones sociales actuales, llegando a tener tal impacto social que en 1993 la seleccionaron para su conservación en el Registro Nacional de Cine de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos por ser «cultural, histórica o estéticamente significativa», y ser utilizada en conferencias universitarias.
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