El 31 de octubre de 1979, en el AICM se esperaba la llegada de “El Tecolote”, el vuelo 2605 de Western Airlines que registró una de las mayores tragedias aéreas en la capital
El vuelo 2605 de Western Airlines del 31 de octubre de 1979, era un vuelo comercial con destino a la Ciudad de México, que culminó en una de las mayores tragedias aéreas de las que haya sido testigo el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
La aeronave implicada, conocida como ‘El Tecolote’, era un avión McDonnell Douglas DC-10 que salió del Aeropuerto Internacional de Los Ángeles e impactó con dos vehículos que efectuaban labores de remozamiento en la pista de aterrizaje.
Se le conocía de esa manera pues viajaba por las noches, siendo el primero en aterrizar en la Ciudad de México desde Los Ángeles, cada mañana en punto de las 5:45 horas.
La tripulación de “El Tecolote” estaba integrada por 11 elementos, comandados por el Piloto Charles Gilbert de 53 años de edad, el Primer Oficial Ernest Richel y el Segundo Oficial Daniel Walsh.
Esa fatídica madrugada transportaba a 88 pasajeros que habían despegado de Los Ángeles a la 1:40, y había sobrevolado los poblados localizados al noreste del Valle de México, siguiendo una ruta para dirigirse al AICM, teniendo que llegar por la pista 23 derecha.
No obstante, las condiciones meteorológicas era adversas, estaba nublado y las dos pistas del aeropuerto capitalino estaban cubiertas por un banco de niebla, limitando dramáticamente el aterrizaje a ser conducido y guiado por los operadores en tierra y a través de los instrumentos de la aeronave, teniendo un margen de maniobra mínimo de 600 metros.
Pero además, los tripulantes no contaban con que se realizaban trabajos de mantenimiento sobre la pista 23 izquierda, por lo que su única opción era justamente la 23 derecha, y pese a las instrucciones de la Torre de Control, el 2605 de Western Airlines descendió hacia la pista equivocada; la que estaba en reparación y en donde había maquinaria.
Para cuando el capitán Gilbert se percató de la presencia del equipo y la maquinaria sobre la pista, ordenó un rápido ascenso de “El Tecolote” con una inclinación de 10 a 11 grados, tratando de elevar nuevamente la nave, sin embargo el tren de aterrizaje impactó un camión de volteo, desprendiéndose y golpeando con fuerza el cuerpo del avión, generando severos daños y alterando la trayectoria, girando a la derecha.
Esto provocó que el ala izquierda golpeara y arrancara la cabina de una máquina excavadora, haciendo que “El Tecolote” se proyectara contra unas construcciones del AICM, finalizando su recorrido del terror 1,500 metros adelante del umbral de la pista; luego vino una explosión y se incendió de inmediato.
Así, a lo largo de un hectárea quedaron esparcidos los restos de “El Tecolote”, así como los cuerpos desmembrados y calcinados, y enormes secciones del fuselaje; en total, murieron 75 de las 89 personas a bordo de la aeronave, incluido el capitán Gilbert y otros 8 integrantes de la tripulación, además de una única víctima mortal que se encontraba en tierra.
Pero la tragedia pudo ser mucho pues “El Tecolote” fuera de control se pudo haber proyectado contra la ahora Terminal 1, en cuya posición final de ese entonces, había un Jumbo 747 listo para comenzar el abordaje de sus 400 pasajeros, que se encontraban en la sala de última espera; así como otras aeronaves que cargaban combustible o daban inicio a sus maniobras de despegue.
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