Un plan de continuidad de negocios va de la mano con dos fases; una la parte preventiva y otra la de recuperación
En el tema de la prevención de desastres a fin de darle la vuelta a las respuestas reactivas, uno de los temas centrales y más interesantes al momento de pensar en el papel de las empresas para evitar mayores afectaciones por un desastre natural, está el de tener un plan de continuidad de negocios.
Al respecto, Lynnda Segura, experta en el tema nos explicó en entrevista para pacozea.com que es una práctica que aplica toda la industria aseguradora para volver resilientes a todas las compañías.
En el caso de nuestro país nos dice que “la estadística nos indica que en México realmente no hay resiliencia ni en las Pymes, ni en las medianas, pero sí mucho en las grandes compañías”, que son las que más invierten en temas de proceso, en temas de interrupción, en temas de cómo van a poder continuar una operación.
Así, cuando llega una catástrofe, es a este mercado al que más le pega; implicando no solo el impacto económico al dejar de generar, sino que llega a niveles sociales al interrumpirse las cadenas de abastecimiento en varios ramos del mercado.
Al preguntarle sobre los beneficios concretos sobre tener contemplado un plan de continuidad de negocios, la experta nos dice que el primero es el de recuperar empresas, dado que estas se mueven gracias a personas que necesitan tener un ingreso “y una nación en sí podría colapsar, después de una catástrofe; entonces, en la forma en que nos vamos recuperando y ya tenemos planeado todas esas acciones a seguir, es más sencillo poder sobrellevar un momento crítico, aminorando todo el impacto.
De este modo, sabiendo de los beneficios que las pequeñas y medianas empresas se pueden ver beneficiadas por un plan de continuidad de negocios, la manera de acceder a uno es conectarse con algún consultor especializado, así como buscar lo que tienen desarrollado al respecto instancias oficiales como el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y las cámaras de comercio, para así comenzar a gestionar su propio plan.
En este sentido, Segura invita a los empresarios a ver este tema más como una inversión que como un gasto, dado que un plan de continuidad de negocios va de la mano con dos fases; una la parte preventiva y otra la de recuperación.
La preventiva implica acciones como identificar algún riesgo específico, como es que algún predio pueda inundarse, para así poder poner controles de mitigación. Por lo que, los beneficios a largo plazo serán mayores. Mientras que en la fase de recuperación, todo dependerá de qué tan preparado se haya estado para responder o reaccionar ante la contingencia, siendo común que empresas lleguen a quebrar, tras una catástrofe natural. Lo que puede llegar a ser más común, dado la fuerza con que se están presentando, derivados del cambio climático.
“Es una inversión pero también es parte de tu administración de gestión de riesgos, es parte de tener una visión y una estrategia de largo plazo y saber que cualquier tipo de negocio en el que tú te encuentres, vas a poder resarcir”, después de un desastre natural, sea cual sea la naturaleza.
Al respecto, la experta nos explica que al momento de recuperar un negocio, la diferencia sustancial es si la pérdida es total o parcial, más que el origen del desastre
En este sentido, la recomendación para las compañías interesadas en poner manos a la obra y hacerse de un plan de continuidad de negocios es tener una persona al interior de la organización para que conozca a fondo la visión y estrategia seguir, así como todas las medidas que sea necesario implementar en cada una de las líneas de negocio que se generen, así como en los procesos administrativos y operativos; siempre de la mano y asesoría de los expertos.
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El riesgo de desastre es una combinación de tres cosas: amenaza, exposición y vulnerabilidad