Con esta ocurrencia de la CNTE ya no se sabe si lo que importa es conocer la mano que ofrece la ayuda o desaparecer la institucionalidad
Ahora sí, ya nos volvimos locos. Y cómo aquel perro que alcanza al coche y ya no sabe qué hacer. Ahora la CNTE pide, obvio en pro de la educación, que sus siglas sean colocadas en letras de oro en el Congreso de la Unión.
Así es, como lo escucho, ahí abajito de “Al Movimiento Estudiantil del 1968” o a un lado de Belisario Domínguez, o mejor aún, del otro lado, junto a las letras de la UNAM o el Poli, aunque por historia quizá se vea mejor entre Cuauhtémoc o Nezahualcóyotl, arribita de “La Patria es Primero”.
Otra tomada de pelo que se une a la serie de peticiones en pro de los conocimientos y la niñez, que desde 1979 la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se ha preocupado por defender.
Una más de un gremio que sólo ha dejado en los lugares que representa, un importante atraso en la enseñanza de miles de niños y niñas.
Pero bueno, más allá de la noticia que distrae, las cosas al interior de San Lázaro no están mejor. Pues tanto ex representantes de la CNTE y ahora flamantes diputados, junto a la nueva oposición, discuten qué tanto destruyen, rebautizan o modifican las reformas en educación.
Por lo pronto, todo pinta que desaparece la Inifed, organismo encargado de construir escuelas y darles mantenimiento. Tarea que ahora podría pasar a los padres, quienes podrán participar en la construcción de planteles en forma directa y con recursos del Gobierno.
Dejando a la SEP como encargada del sistema educativo y de la infraestructura; supongo evaluando también las normatividades de construcción y la supervisión de obras.
¿Qué pasará si con el tiempo alguna de estas escuelas se cae? Aún no lo sabemos, pues por lo pronto es más importante repartir los dineros a título personal, que las responsabilidades a nivel general.
En un momento en donde ya no se sabe si lo que importa en conocer a la mano que ofrece la ayuda, o a desaparecer la institucionalidad.
En fin, vámonos pues de fin de semana. Que el lunes tenemos que regresar a producir. En un país donde ya sabemos lo que pasa si no estudiamos. En donde la votación está primero que la educación.
Y la procrastinación con su hermana la oligofrenia nos dejan claro que si no nos ponemos las pilas, seguirán ganando la partida.