“Nos escuchó cuando le dije a mi sobrino `vente´, se nos acercó, mató a mi sobrino y yo me salvé. Fue Dios el que me salvó”, detalló el sobreviviente
Uno de los sobrevivientes de la matanza ocurrida en El Paso el sábado pasado, Octavio Lizarde contó este martes lo que vivió en el ataque.
Octavio Lizarde reveló que el atacante se acercó al sitio donde se encontraba y mató a su sobrino Juan Rodríguez, de 15 años y a él lo dejó vivo.
Durante una entrevista realizada en el hospital Del Sol, Lizarde detalló los acontecimientos ocurridos ese día: “Nos escuchó cuando le dije a mi sobrino `vente´, se nos acercó, mató a mi sobrino y yo me salvé. Fue Dios el que me salvó”, dijo.
Explicó que el ataque duró entre 15 y 20 minutos, pero él sintió que transcurrió mucho tiempo. Cuando se percató de lo que estaba ocurriendo en la tienda llamó a su sobrino, él no sabía qué sucedía y fue el instante en que el atacante escuchó su voz y se les acercó.
Lizarde será sometido hoy a una cuarta cirugía, pues tiene riesgo de infección en la pierna derecha a consecuencia de las heridas de bala y espera que se descarte la posibilidad de amputación.
Justin Orr, médico militar a cargo de la atención de cinco pacientes que llegaron a este hospital ubicado a 20 kilómetros del lugar del ataque, refiere que en el caso de Lizarde están al pendiente de su evolución.
Explicó que Lizarde lleva un aparato que le permitirá mantener los huesos en su lugar, “pero deberá llevarlo entre cuatro y seis meses para mantener la pierna estabilizada”.
El médico militar con 10 años de experiencia, comparó la atención de manera directa a tres de los sobrevivientes y de forma indirecta a los otros dos por los hechos ocurridos el sábado pasado con el trabajó que ha realizado en situaciones de guerra.
Fue similar al ambiente que se vive en la guerra, y se trata de ayudar a la gente en esta terrible tragedia”, dijo.
En la rueda de prensa ofrecida en el hospital Del Sol estuvieron presentes el doctor Stephen Farrell, el médico militar Justin Orr, y el director del nosocomio, David Shimp.
Orr agregó que “fueron inimaginables las condiciones que se vivieron ese día, afortunadamente algunos pacientes tuvieron suerte de que las heridas no fueron tan graves, pero algunas otras no eran tan visibles”, explicó.
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