El lugar implementa un programa que atiende a las personas de la tercera edad, se dio a conocer por la terrible equivocación con una mujer diabética
Los médicos son profesionistas asombrosos, sus conocimientos y habilidades salvan vidas aún en situaciones extremas, pero ¿Qué pasa cuando cometen errores graves? Sí, generalmente esas equivocaciones cuestan la vida del paciente, en Argentina una mujer murió después de que le extirparan la vesícula.
Por supuesto que toda cirugía conlleva un riesgo, el problema aquí es que Teresa Angilletta, de 71 años, ingresó al hospital para ser operada del píloro -conducto que comunica el estómago con el duodeno-, pero en lugar de desobstruirlo, operaron otro órgano.
El suceso se dio en el Nuevo Sanatorio de Berazategui, de Buenos Aires, lugar en el que se aplica el Programa de Atención Médica Integral (PAMI), la cobertura médica estatal para personas de la tercera edad y que la semana pasada se dio a conocer porque le amputaron la pierna equivocada a una mujer jubilada.
La familia de la hoy occisa, representado por la abogada Paola Stekloff, presentó una demanda por homicidio culposo en ejercicio de la profesión, ante la Fiscalía descentralizada de Berazategui N°7, contra el médico Fernando Javier Palladino, responsable de la cirugía y su equipo.
Según el relato de la familia, Palladino ingresó a la sala de espera preguntando quiénes eran los allegados de la paciente operada de la vesícula. Sin embargo, las hijas de Angilletta no se dieron por aludidas, ya que esa señora tenía estipulada otra intervención quirúrgica. No obstante, le contestaron al médico que aguardaban a su madre, pero le aclararon que estaba siendo intervenida en el píloro.
Al instante, el doctor puso cara de confundido -señalan los denunciantes-, les solicitó a las mujeres que esperaran allí y regresó al quirófano. Acto seguido, Palladino habría vuelto a anestesiar a su paciente para operarla del píloro, como estaba estipulado, reconstruye Stekloff.
Tres horas después, reapareció en la sala de espera y anunció que la operación había salido bien. En los días siguientes (se suponía que iba a estar internada unos 20 días), la paciente no tuvo la evolución esperada. Según relata la familia, Palladino decidió realizar una tercera cirugía exploratoria en el píloro, que no es una operación por laparoscopía sino a estómago abierto.
Según les habría explicado a los familiares, por carecer de los clips que se utilizan para la sutura mecánica, cuando la operó habría tenido que realizar una sutura manual. Y temía que algún punto se hubiera abierto.
Dos días después, la mujer falleció por una infección grave generalizada, y se cree que el motivo radica en que una de las suturas hechas durante la intervención de la vesícula se abrió, provocando un derrame de bilis —sustancia producida por el hígado para la digestión— dentro del cuerpo.
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