A diferencia de la quimioterapia que ataca todas las células, la marihuana sólo mata las malas
Las propiedades medicinales de la marihuana han sido estudiadas por años, aunque el uso de esta se ha restringido por los efectos psicodélicos que tiene, pero poco a poco su uso en la salud se ha legalizado en diferentes países. Recientemente se descubrió que tiene otra propiedad: mata las células cancerosas.
Esto se debe a la resina que produce la planta, que contiene cannabinoides, los cuales actúan a nivel mitocondrial de las células cancerosas, haciendo que dejen de producir energía, lo que las lleva a morir.
A diferencia de la quimioterapia usada para combatir el cáncer, que mata todas las células (tanto buenas como malas), la marihuana sólo ataca las cancerosas.
Las investigaciones llevadas a cabo por distintos laboratorios en los últimos 15-20 años han puesto de manifiesto que los derivados de la marihuana (y en concreto el principal componente activo de la planta, el Delta-9 tetrahidrocannabinol o THC) tienen actividad antitumoral en modelos animales de cáncer.
Se han realizado varios estudios que apoyan informes no publicados para confirmar que el CBD y el THC (y otros cannabinoides, terpenos y flavonoides) juegan un papel esencial en la luchar contra el cáncer El THC ayuda al sistema inmunitario a encontrar células cancerosas y promueve la apoptosis (muerte celular cancerosa), mientras que el CBD ayuda a retrasar o incluso detener las metástasis.
Los receptores CB1 se concentran en el sistema nervioso, incluido el cerebro; Los receptores CB2 se encuentran en todos los órganos internos y son parte del sistema inmune.
Cuando el THC se une a los receptores CB1 o CB2 (en una célula cancerosa), provoca un aumento en la producción de un lipido llamado ceramida y esta conduce a la muerte celular. Una célula sana no aumenta la ceramida en respuesta al THC, pero una célula enferma si lo hace.
Además los enfermos que fuman marihuana a la par que están en quimioterapias, han manifestado tener menos efectos secundarios.
Aún faltan muchos estudios por realizar, pero sin dudas esto es un gran avance en la lucha contra el cáncer, de concretarse, sería una alternativa más saludable para la quimioterapia.
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