El nacimiento de Dolly por medio de la clonación, dio la vuelta al mundo
Fue un 5 de julio de 1996 cuando Dolly, el primer mamífero clonado nació, pero fue hasta el 23 de febrero de 1997 que la noticia ocupó las primeras planas de los medios mundiales.
La oveja fue el resultado de una trasferencia nuclear desde una célula donante adulta a un óvulo no fecundado y sin núcleo, que después fue implantado a una hembra.
Los investigadores del Instituto Roslin de Edimburgo (Escocia), liderados por Ian Wilmut, la presentaron públicamente seis meses después de su nacimiento.
“No estábamos preparados para un interés de tal magnitud y quedamos anonadados por las posibilidades” declaró Patricia Ferrier, investigadora del Instituto Roslin que había participado en la clonación.
El anuncio llegó hasta el campo político, el 24 de febrero de 1997, Bill Clinton, quien era presidente de Estados Unidos en ese momento, llamó a Harold Shapiro, de la Universidad de Princeton, para que la Comisión Nacional de Bioética se pusiera en funcionamiento.
Clinton, señaló que el nacimiento de Dolly suscitaba serios problemas éticos, en particular con relación al posible uso de esta tecnología para clonar embriones humanos.
En Europa, Jacques Santer, líder de la Comisión Europea, solicitó también de forma inmediata la opinión de un grupo de nueve expertos en ciencias, leyes, filosofía y teología sobre las consecuencias éticas de la clonación.
Dolly falleció siete años después, el 14 de febrero de 2003, a consecuencia de una osteoartritis de inicio temprano (OA).
La opinión pensó que esa muerte prematura estaba vinculada a la clonación pero un grupo de investigadores de la Universidad de Nottingham desmintieron dicha versión.
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