La rápida acción ante los primeros síntomas de esta enfermedad, hacen la diferencia entre la vida, una discapacidad o la muerte
A pesar de que la industria farmacéutica avanza a pasos agigantados, hay algunas enfermedades que no dan tregua y aunque no se difunde mucho sobre ellas, son un peligro latente, tal es el caso de la meningitis que en días recientes un caso la puso en el ojo público.
La meningitis afecta cada año a más de un millón de personas en todo el mundo, dejando consecuencias de por vida y en caso más extremos, terminando con ella.
El porcentaje de pacientes fallecidos o con complicaciones graves se ubica entre el 10 y el 20 por ciento.
¿Qué es la meningitis?
El cerebro y la médula espinal están cubiertos por unas membranas llamadas meninges, y están compuestas por tres capas: Piamadre, Aracnoides y Duramadre.
Cuando éstas se inflaman producen una condición llamada meningitis. Las infecciones son las principales causantes de la meningitis, pero no son los únicos agentes que la provocan.
En algunos casos, la meningitis mejora sin tratamiento después de algunas semanas. En otros, la enfermedad puede poner en riesgo la vida y requiere tratamiento de emergencia con antibióticos.
Esta enfermedad puede aparecer a cualquier edad, pero los niños menores de 5 años y los jóvenes de entre 15 y 24 años son los grupos de edad en los que con mayor frecuencia se dan casos de meningitis bacteriana, principal causa de muerte por infección en este segmento de la población.
Para el diagnóstico de la meningitis es necesario el estudio del líquido cefalorraquídeo, que se extrae mediante una punción lumbar.
El examen del líquido cefalorraquídeo permite identificar el agente causante de la meningitis en la mayoría de los pacientes.
Tipos de meningitis y sus causas
Como se mencionó la meningitis suele aparecer tras una infección, el principal agente causante de esta afección son las virus, seguidos por las
bacterias, parásitos y hongos. Otros factores son reacciones a medicamentos, reacciones químicas, cáncer.
Es sumamente importante identificar la causa, pues las infecciones bacterianas pueden ser mortales.
La demora en el tratamiento aumenta el riesgo de daño cerebral permanente o de muerte.
Meningitis bacteriana
La bacteria que ingresa al torrente sanguíneo y viaja hasta el cerebro y la médula espinal provoca meningitis bacteriana aguda. Sin embargo, también puede presentarse cuando la bacteria invade directamente las meninges. Esto puede deberse a una infección en el oído o a una infección sinusal, a una fractura de cráneo o, en raras ocasiones, puede presentarse luego de algunas cirugías.
Varias cepas de la bacteria pueden causar meningitis bacteriana aguda, las más frecuentes son las siguientes:
- Streptococcus pneumoniae (neumococo). Esta bacteria es la causa más frecuente de meningitis bacteriana en bebés, niños jóvenes y adultos. Con frecuencia provoca neumonía, infecciones en el oído o infecciones sinusales. Una vacuna puede ayudar a prevenir esta infección.
- Neisseria meningitidis (meningococo). Esta bacteria es otra de las causas principales de la meningitis bacteriana. Suele provocar una infección de las vías respiratorias superiores, pero ocasiona meningitis meningocócica cuando ingresa al torrente sanguíneo. Es una infección muy contagiosa que afecta, en mayor medida, a los adolescentes y adultos jóvenes. Puede provocar epidemias locales en las residencias estudiantiles, pensionados y bases militares. Una vacuna puede ayudar a prevenir esta infección.
- Haemophilus influenzae (hemófilo). La bacteria Haemophilus influenzae tipo b (Hib) fue, en un momento, la principal causa de meningitis bacteriana en niños. Sin embargo, las nuevas vacunas contra la Hib han reducido considerablemente la cantidad de casos de este tipo de meningitis.
- Listeria monocytogenes (listeria). Esta bacteria se puede encontrar en los quesos no pasteurizados, las salchichas y otros embutidos. Las mujeres embarazadas, los recién nacidos, los adultos mayores y las personas con sistemas inmunitarios debilitados constituyen la población más vulnerable. La listeria puede atravesar la barrera placentaria y la infección en una etapa avanzada del embarazo puede ser mortal para el bebé.
Meningitis viral
La meningitis viral suele ser leve y a menudo desaparece por sí sola. La causa de la mayoría de los casos es un grupo de virus conocidos como «enterovirus», que son más frecuentes a finales del verano y principios del otoño. Los virus como el virus del herpes simple, el VIH, el de las paperas, el virus del Nilo occidental y otros también pueden causar meningitis viral.
Meningitis crónica
La meningitis crónica es producida por organismos de crecimiento lento (como los hongos y la Mycobacterium tuberculosis) que invaden las membranas y el líquido que rodea el cerebro. La meningitis crónica se manifiesta en el plazo de dos semanas o más. Los signos y los síntomas de la meningitis crónica (dolores de cabeza, fiebre, vómitos y pesadez mental) son similares a los de la meningitis aguda.
Meningitis fúngica
La meningitis fúngica es poco frecuente y causa meningitis crónica. Puede ser similar a la meningitis bacteriana aguda. La meningitis fúngica no se contagia de una persona a otra. La meningitis criptocócica es una forma fúngica frecuente de la enfermedad que afecta a las personas con deficiencias inmunitarias, como el sida. Es potencialmente mortal si no se trata con un medicamento antifúngico.
Síntomas
Los síntomas de la meningitis son diferentes según la edad del afectado, los recién nacidos y bebés presentan unos síntomas, los niños pequeños otros, para los niños, adolescentes y adultos son otros.
Los niños mayores, jóvenes y adultos suelen tener:
- Cefalea intensa
- Molestia ocular
- Irritabilidad
- Somnolencia
- Vómitos
-
- Fiebre alta repentina
- Rigidez en el cuello
- Dolor de cabeza con náuseas o vómitos
- Confusión o dificultad para concentrarse
- Convulsiones
- Dificultad para caminar
- Sensibilidad a la luz
- Falta de apetito o sed
- Erupción cutánea (a veces, como en la meningitis meningocócica)
En los niños pequeños los síntomas son:
- Fiebre
- Rechazo al alimento
- Irritabilidad
- Somnolencia
- Vómitos,
Según avanza la enfermedad se produce una rigidez de cuello, manchas en la piel, infección generalizada y puede llegar al coma en los casos más graves.
Los recién nacidos y los bebés pueden mostrar estos signos:
- Fiebre alta
- Llanto constante
- Somnolencia o irritabilidad excesivas
- Inactividad o pereza
- Alimentación deficiente
- Una protuberancia en el punto blando (fontanela) en la parte superior de la cabeza del bebé
- Rigidez en el cuerpo y cuello del bebé
Consecuencias
Las complicaciones de la meningitis pueden ser graves. Cuanto más tiempo se pase sin recibir tratamiento para la enfermedad, mayor es el riesgo que corren de sufrir convulsiones y daños neurológicos permanentes, tales como:
- Pérdida de la audición
- Problemas de memoria
- Impedimentos para el aprendizaje
- Daño cerebral
- Problemas de la marcha
- Convulsiones
- Insuficiencia renal
- Choque
- Daño de tejidos
- Amputaciones
- Muerte
Prevención: la mejor arma contra la meningitis
La principal medida de prevención contra esta enfermedad es la vacunación, aunque no hay una vacuna específica contra la meningitis.
Algunas formas de meningitis bacteriana son prevenibles a través de las siguientes vacunas:
- PENTAVALENTE ACELULAR (DPaT/VIP+HiB) Previene contra Difteria, Tos ferina, Tétanos, Poliomielitis y Enfermedades invasivas por Haemophilus Influenzae tipo B. El esquema consta de 4 dosis, cada una de 0.5 ml; a los 2,4, 6 y 18 meses de edad, por vía intramuscular profunda, las tres primeras se aplican en el tercio medio de la cara anterolateral externa del muslo derecho, y a los 18 meses de edad debe de ser aplicada en la región deltoidea del brazo derecho.
- NEUMOCOCO CONJUGADA Previene contra infecciones neumocócicas invasivas causadas por Streptococcus pneumoniae de los serotipos incluidos en la vacuna. El esquema consta de 3 dosis, cada una de 0.5ml, que se aplican a los 2, 4 y 12 meses de edad. La vacuna se aplica en el tercio medio de la cara anterolateral del muslo derecho.
Las bacterias o virus comunes que pueden causar meningitis pueden transmitirse al toser, estornudar, besar o compartir utensilios para comer, un cepillo de dientes o un cigarrillo.
Estos pasos pueden ayudarte a prevenir la meningitis:
- Lávate las manos. El lavado cuidadoso de las manos ayuda a prevenir la propagación de los gérmenes. Enseña a los niños a lavarse las manos con frecuencia, especialmente antes de comer y después de usar el baño, pasar tiempo en un lugar público con mucha gente o acariciar animales. Click aquí para una guía del correcto lavado de manos.
- Sigue las prácticas de higiene adecuadas. No compartas bebidas, alimentos, sorbetes, utensilios para comer, bálsamos o cepillos de dientes con nadie más. Enseña a niños y adolescentes a no compartir estos artículos.
- Mantenente sano. Cuida tu sistema inmunitario, descansa lo suficiente, haz ejercicio regularmente y mantén una dieta saludable con muchas frutas frescas, verduras y granos integrales.
- Cubre tu boca. Cuando necesites toser o estornudar, asegúrate de cubrir tu boca y nariz.
- Si estás embarazada, ten cuidado con la comida. Reduce el riesgo de padecer listeriosis al cocinar la carne, inclusive las salchichas y los fiambres a aproximadamente 74 °C (165 °F). Evita los quesos elaborados con leche sin pasteurizar. Elije quesos cuya etiqueta indique claramente que se fabricaron con leche pasteurizada.
Cuando se ha estado en contacto con alguien enfermo (ya diagnosticado)de meningitis meningocócica, se puede recurrir a la quimioprofilaxis que consiste en la administración de un antibiótico durante cortos periodos de tiempo a las personas que han estado en contacto con un paciente diagnosticado.
Sin embargo, no todos los tipos de meningitis requieren profilaxis antibiótica para los contactos cercanos, concretamente pero no se utiliza en la meningitis neumocócica (el tipo de meningitis más frecuente). Con ello, se consigue erradicar el germen en los portadores sanos y se evita su diseminación.
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