Te invito a no esperar a que tengas un Norberto en la familia para entonces querer reaccionar cambiar y hacer la diferencia ante la mediocridad
Hace unos días, caminando por la calle vi como en un crucero un peatón estuvo a punto de ser atropellado porque se pasó la luz roja al venir distraído con el celular.
El automovilista que por fortuna no venia distraído, le tocó la bocina para alertarlo. Un simple claxonazo. No le mentó la madre o trató de agredirlo. Simplemente un aviso para ponerlo a salvo… ¿y qué sucedió?
El peatón lo encaró, insultó y no se fue del lugar hasta no haberle pateado el auto varias veces. La realidad de todos los días en este país.
Por eso me pregunto. Ante este ensimismamiento, ante esa falta de civilidad, ante mi realidad, mis beneficios y mis cifras ¿cuántos hemos matado a Norberto?
Una pregunta que parecería ridícula a menos que la analicemos desde esta perspectiva.
Hoy en día a un delincuente le es más rentable robar que ponerse a trabajar. Pues a él, la ley no le preocupa, además, el dinero que gana en los atracos del camión o en los secuestros, lo ocupa para comprarse lo que quiera en mercados y tianguis donde encontrará prácticamente cualquier producto a precios bajos libres de impuestos.
Si su botín fue en especie, siempre encontrará quien le compre un celular barato, pues nunca falta un ciudadano que busque recuperar sus pérdidas a bajo costo. Lo mismo aplica con las joyas, autopartes, mochilas, computadoras, juguetes y más.
En este país que se está convirtiendo en la tierra del dinero fácil, del pobre bueno, del rico malo y del a mi me dejaron así las cosas. Del menor esfuerzo, de la piratería, de lo bara bara, de la mordida pal funcionario, del chesco pal poli, de la flojera por cumplir con tareas.
En donde el nini gana 3 mil pesos y un interno de medicina tan sólo la mitad. En donde es más fácil venderse como votante, que salir adelante como pensante.
Si tu no eres de esos, ni te preocupes, vas bien. Ve a tu trabajo o a tu escuela y sigue siendo el mejor en tu área, que gracias a ti este México no se cae a pedazos.
Pero si sientes que has faltado en alguno de los puntos anteriores, entonces te invito a cambiar, a hacer la diferencia, a romper la mediocridad. A no esperar a que tengas un Norberto en la familia, para entonces querer reaccionar.
Y es que les tengo malas noticias y ojalá me equivoque, pero no creo que ellos puedan y peor aun, no creo que renuncien. Pero a nosotros si no toca poder, porque a diferencia de ellos, no podemos renunciar.
Este vaso, se sigue derramando con lágrimas. Pero si empezamos a hacer lo correcto, a ser una sociedad con valores, a trabajar en equipo y a enaltecer los principios, quizá las cosas puedan de verdad, empezar a cambiar para bien. O ¿qué propones?
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