Tras las elecciones europeas, los partidos populistas y nacionalistas obtuvieron menos escaños en el bloque de lo esperado
La mayor sorpresa en estas elecciones de la Unión Europea (UE) fue la alta participación. Casi el 51 por ciento de los 400 millones de los electores habilitados emitieron su voto, un 8 por ciento más que en los anteriores comicios de 2014.
Las protestas contra las políticas climáticas, los adolescentes en huelga escolar y el impulso de defender a la UE contra los partidos euroescépticos y populistas de derecha parecen haberse movilizado a los votantes.
Margrethe Vestager, la comisionada de Competencia de la UE, que milita en el bloque liberal ALDE, dijo que los votantes se dieron cuenta de lo que estaba en juego. “Votar es poder”, dijo Vestager, quien quiere convertirse en la próxima presidenta de la Comisión Europea.
El principal candidato de los socialistas y demócratas de Europa, Frans Timmermans, dijo que el alto número de votantes envió “una gran señal para una democracia funcional”.
Así, los bloques liberales y verdes en el Parlamento Europeo han logrado grandes avances. Los Verdes alemanes, con aproximadamente el 20 por ciento de los votos, vencieron a los socialdemócratas para quedar en segundo lugar detrás de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su contraparte bávaras, la Unión Social Cristiana (CSU). A escala nacional, es el mejor resultado de los Verdes.
Los partidos populistas y nacionalistas, fuertes en algunos Estados miembro de la UE como Italia y Francia, obtuvieron menos escaños en el bloque de lo esperado. En conjunto, tienen alrededor de 150 asientos, pero estos se dividen en tres bloques distintos. Los nacionalistas alemanes agrupados en Alternativa para Alemania (AfD), no se desempeñaron tan bien como se esperaba. Pero en Sajonia y Brandeburgo lograron superar a los conservadores de la CDU y alcanzaron el segundo lugar.
En Italia, la derechista Liga del ministro de Interior, Matteo Salvini, obtuvo la mayoría de los votos, y en Francia, el partido National Rally de Marine Le Pen se impuso. “Macron había realmente intentado usar su propio peso político para evitar que Le Pen y su partido salieran victoriosos. Y no lo logró”, dijo Emmanouilidis.
En muchos de los 28 Estados miembro de la UE, los partidos tradicionalmente grandes del centro del espectro político lucharon, mientras que los partidos liberales, ecologistas y de derecha se fortalecieron.
Las elecciones de la UE fueron especialmente inusuales en Reino Unido, que había planeado abandonar el bloque en marzo, pero no pudo resolver el “Brexit” a tiempo. El nuevo Partido del Brexit del antieuropeo Nigel Farage, ganó como se esperaba la votación, con un 31,5 por ciento. Los conservadores oficialistas de la saliente primera ministra Theresa May, quien anunció su renuncia el viernes, fueron severamente castigados.
En Grecia, el primer ministro populista de izquierda Alexis Tsipras perdió ante la oposición conservadora.
En Austria, el Partido Popular del canciller conservador Sebastián Kurz logró grandes avances, a pesar de que Kurz enfrentó un voto de confianza en el Parlamento de Viena el lunes. El populista de derecha Partido de la Libertad (FPÖ), avanzó menos de lo previsto inicialmente.
Mientras tanto, en Alemania, el satírico Martin Sonneborn celebró el éxito electoral de su partido, llamado simplemente Die Partei (El Partido). Ahora tiene dos escaños en el Parlamento Europeo, pero todavía no tiene programa político.
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