El abuso de pesticidas y herbicidas, así como la contaminación ambiental y el calentamiento global ha ido acabado con las abejas
Esta semana es probable que vayas al mercado, al súper o a la recauderia. Comprará lo de siempre, frutas, tubérculos o vegetales. ¿Pero qué pasaría si de repente al llegar no encontraras estos productos?
Que fuera casi imposible disfrutar de una manzana, que las zanahorias o papas se convirtieran en productos de lujo. O que algunas frutas como el durazno costaran 30 veces su precio actual.
¿Suena caótico? Pues este escenario no está tan lejano de la realidad si no hacemos algo por cuidar a unos pequeños seres de los cuales prácticamente depende la humanidad, me refiero, a las abejas.
Pequeños insectos que junto a las mariposas, colibríes y murciélagos son los encargados de cumplir el ciclo de la vida al polinizar plantas y flores. Y que un día como hoy, la ONU declaró el Día Mundial de las Abejas, como un recordatorio de la importancia de estos seres en el planeta.
Pero ¿cómo está la situación? A partir del 2012, Estados Unidos perdió el 60% de la población de abejas en parte por las bajas temperaturas.
En Europa principalmente han muerto por un ácaro llamado Varroa, que ha logrado enfermar y destruir colmenas enteras. Una plaga que ha podido combatirse a medias, pues las abejas están presentando inmunidad al tratamiento.
Y en todo el mundo, el abuso de pesticidas y herbicidas en la producción agrícola, así como la contaminación ambiental y el aumento de la temperatura por el calentamiento global ha ido acabado con ellas, matándolas o provocándoles interferencia en sus sistemas de aprendizaje y rastreo, que al tiempo evita que polinicen y mueran de hambre.
Algunos opinan que sin las abejas, al hombre sólo le quedarían 4 años de vida. Por cierto, no hay indicios que de que esta idea haya sido de Einstein. Lo que sí es verdad es que sin los polinizadores no habría hierba, ni animales, ni hombres”.
Una advertencia que no se debe tomar a la ligera sobre todo si tomamos en cuenta que en Europa el 84% de las 264 especies de cultivo y 4 mil variedades de vegetales existen gracias a la polinización de estos insectos.
¿Qué hacer? Por lo pronto dejar de contaminar, comprar productos que no hayan sido cultivados con pesticidas prohibidos. No destruir los panales o si hay que retirarlos por seguridad llamar a los bomberos o a organizaciones expertas como Colmena. Apagar bien las fogatas cuando vayamos al campo.
Y esperar que autoridades y apicultores impulsen este tema en las agendas legislativas, pues las abejas son un excelente ejemplo de que no hay eslabones pequeños para el futuro de la humanidad.
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