De verdad estoy perplejo con los alcances que tienen las venganzas de la transformación de cuarta. Es increíble la poca altura política de personajes tan sombríos como Fabián Medina, Jefe de la oficina del canciller, que más que otra cosa ha resultado un chillón profesional, que sólo está pendiente de las redes sociales.
Otro personaje que no para, es Layda Sansores, que en su momento fue encendida adalid defensora del negocio gasolinero, cuando tiene que aceptar que su hermano es uno de los más prósperos empresarios gasolineros del sureste del país.
En este marco, el viernes pasado inspectores del INVEA, tocaron el timbre de la casa de un exfuncionario del gobierno de la CDMX. En una sed de venganza estúpida y mal entendida, tocaron ese día al timbre y lo mismo al día siguiente. En la casa sólo se encontraban las personas que ayudan en las labores domésticas. Al ser avisado, el exfuncionario del gobierno de la CDMX subió un twitter en donde pedía a la alcaldesa que si querían verificar una obra de remodelación en curso tocarán en la puerta de junto, no en la suya, que de hecho en ese domicilio es en donde hay una obra en desarrollo.
Toda vez, que en el domicilio del exfuncionario de la CDMX no fueron atendidos y encontrando la oportunidad para la venganza de afrentas, montaron un show mediático dando a conocer que se colocarían sellos de clausura por una obra que sólo se llevaba a cabo en su imaginación y en un domicilio vecino.
En el momento de la colocación de los sellos había gente al interior del domicilio, los cuales quedaron prácticamente secuestrados, dado que después de la colocación de los precintos estos no se pueden romper pues constituye un delito.
Por si lo anterior fuera poco, en la borrachera del exceso, Layda Sansores, exhibió en su cuenta de twitter un video sacado de un dron, que volaron de forma totalmente ilegal e invasiva, video que la alcaldesa patéticamente subió a su cuenta de twitter y que demostró que en la casa del ex funcionario nunca existió ningún tipo de obra.
Lo anterior es graves, pero aún más es que la señora Sansores, exhibió a los dueños del inmueble poniéndolos en peligro, por todas las afectaciones inherentes a la seguridad, pero sobre todo por mentir de forma descarada.
En todos los medios la señora Sansores, que por cierto, cuando era senadora del PT facturó a nombre de la Cámara Alta gastos personales que asciendan a 700 mil pesos durante 2016 y 2017 por la compra de tintes para el cabello, vestidos, juguetes y hasta cafeteras dijo que el inmueble era propiedad de Miguel Ángel Mancera, cuando esto es totalmente falso. El inmueble esta declarado en la 3 de 3 por Luis Serna, el villano favorito de Fabián Medina y ahora enemigo de la mandataria en cuestión.
Lo grave de la irresponsabilidad de Sansores, tiene que ver con hablar de valores y costos, exponiendo a los dueños de un inmueble a ser objetos de un problema de seguridad, además en su afán de joder señaló como corruptos a sus dueños como si de un juez con una sentencia definitiva se tratara.
Que daño y reitero, le hacen al Proyecto de López Obrador, aquellos que nada ganaron y que sólo están en la venganza entera, como Alberto Esteva y Fabián Medina, en contra de aquellos que en su momento tuvieron una responsabilidad y no accedieron a sus negocios sucios. Así las cosas con el Jefe de la oficina del canciller, que se esta convirtiendo en un cáncer para el gobierno de AMLO.
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