Los legisladores señalaron que “una vez que un abusador se cansa de jugar con una muñeca, el paso hacia probar con un niño real es muy pequeño”
Como una forma de combatir la pedofilia y buscando garantizar la seguridad de los niños y niñas, la Legislatura de Florida aprobó un proyecto de ley que prohíbe la venta y posesión de muñecos sexuales inflables con forma “anatómica” de niños.
“Estas muñecas de silicona anatómicamente reales son increíblemente similares a las de los niños humanos reales con el único propósito de la gratificación sexual“, manifestó la senadora Lauren Book, promotora de la ley.
La demócrata señaló que si bien los defensores señalan que “al igual que ver pornografía infantil disminuye las inhibiciones de los depredadores infantiles, estas muñecas sexuales infantiles que no tienen lugar en el estado de Florida”.
La senadora, que ha denunciado la existencia de 42 millones de sobrevivientes de abuso sexual infantil en el país, es fundadora y directora ejecutiva de la organización sin ánimo de lucro Lauren’s Kids.
La organización busca prevenir el abuso sexual infantil y ayudar a los sobrevivientes en su proceso de recuperación.
El Congreso de Estados Unidos ha considerado una prohibición a nivel nacional de las muñecas, y Canadá tiene una vigente.
“Recientemente las muñecas sexuales infantiles realistas han sido importadas a los Estados Unidos como maniquíes”, señaló el representante de la Cámara Mike Gottlieb.
E indicó que “muchos consideran que estas muñecas alimentan el interés por la pornografía infantil y alientan a los niños depredadores”.
Luego de que el Senado de Florida empezó a tramitar este proyecto de ley que prohibirá vender, prestar, regalar, distribuir, transmitir, mostrar, poseer o publicitar de cualquier manera “una muñeca sexual obscena” que reproduzca a un o a una menor. Tennessee ya le sigue los pasos.
El representante republicano por Nueva York, Dan Donovan, dijo al respecto que “con unos pocos clics en un ordenador, un depredador puede comprar una muñeca sexual infantil. Esto no sólo es perturbador, sino que también pone en peligro a los más inocentes. Una vez que un abusador se cansa de jugar con una muñeca, el paso hacia probar con un niño real es muy pequeño”.
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