El 30 de abril se celebra a los niños de México, no olvides también festejarte a ti
Después de Navidad o día de reyes, el 30 de abril es uno de los días más esperados entre los niños de México.
Para entrar un poco en contexto, fue en 1954 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) hizo un llamado a los países a establecer un día dedicado a la niñez. La fecha se dejó abierta para que cada país eligiera la que más considerara conveniente, no obstante la ONU declaró el 20 de noviembre el Día Universal del Niño, fecha en que se aprobó también la Declaración de los Derechos del Niño y la Convención Sobre Los Derechos del Niños.
Aunque se tienen registros históricos de que esta celebración se dio por primera vez en 1916, en la ciudad de Tantoyuca, Veracruz, fue hasta 1924 cuando José Vasconcelos instituyó el 30 de abril como el Día Nacional del Niño.
Legalmente en México se es adulto hasta los 18 años, por lo tanto hasta esa edad dejaríamos de ser niños. De acuerdo con datos científicos, la primera infancia va de los 0 a los 5 años; la infancia de los 6 a los 11 años y la adolescencia de los 12 a los 18 años.
Sin embargo la edad no es la que determina el alma de niño, por eso hoy te damos algunos consejos para no abandonar a tu niño interior.
Recupera la capacidad de asombro: Al crecer nos dejan de sorprender cosas sencillas que antes solían maravillarnos. Esta acción nos estimula a seguir desarrollándonos.
Que no te de pena aprender: No creas que por tu edad te ves mal, no te
avergüences de preguntar, de descubrir y conocer nuevas cosas. Siempre hay oportunidad, no la desperdicies.
Hacer amigos, eliminar prejuicios: Siempre llegabamos a algún lugar y salíamos con muchos nuevos amigos, ¿hoy por qué no es así? Elimina los prejuicios y conoce lo que cada persona puede aportarte.
Abraza más: Siempre en necesario sentir afecto, cuando las cosas van mal o cuando lograste algo que creías imposible. Un abrazo nunca está de más, tengas la edad que tengas.
No dejes de imaginar: Sueña y cumple tus sueños, con estos pequeños estímulos diarios, puedes transformar tu vida.
Nunca dejes de hacer las cosas que te hacían feliz, no importa tu edad, el niño que llevas dentro te lo agradecerá.
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