Dicen los clásicos: “El poder a los inteligentes los marea, pero a los pendejos los vuelve locos.” Sólo lo dejo aquí para enmarcar un encuentro cercano de la cuarta transformación.
Sin temor a equivocarme debe de ser la octava vez, que hago el mismo llamado y aclaración, ningún candidato de MORENA, salvo contados casos, ganó ningún puesto de elección popular por su esfuerzo, por su campaña, por su capacidad o resultados. Todos ganaron gracias al impulso de Andrés Manuel López Obrador y su aplanadora. Por eso el principal cáncer de esta llamada 4ta transformación son los políticos que después de haber ganado en la ola Lopezobradorista, están instalados en la soberbia y la estupidez. Sin duda uno de los casos más extremos es el de Lord “Me vale madres”, el egregio e irresponsable Gobernador de Morelos, nuestro Cuasimodo, que no sufrió daño en el incendio de Notre Dame, pero paradójicamente, se le chamuscó lo poquito que tenía de sesos y sin estar en el célebre incendio.
El viernes tuve la “mala fortuna” de toparme a Cuauhtémoc Blanco en un restaurante en la Ciudad de México, específicamente el Dante, en Polanco. En un momento determinado y ante los importantes desencuentros que hemos tenido, principalmente derivados de su activismo en contra de Alberto Capella, Ex Secretario de Seguridad Pública de Morelos y actualmente de Quintana Roo, quien reconozco, es mi amigo y respeto su trayectoria y trabajo.
Ante su reclamo por mi crítica a su desempeño como Gobernador y a las deterioradas cifras en materia de seguridad en su entidad le propuse que me diera su celular y que, en un entorno más propicio, discutiéramos la información que al respecto de Capella dice tener. Su respuesta, por cierto parado a escasos centímetros de mi cara, cual si se tratara de una disputa en la cancha del Azteca, fue: “A ti no te voy a dar ni madre, ni mi celular ni una entrevista.” “Me vale madre.” Por supuesto que no le pediría una entrevista, pues el señor Gobernador no tiene la capacidad intelectual de dar una entrevista, ni de ligar más allá de tres sustantivos y adjetivos que no contengan innumerables: “Me vale madre”.
Seguido de su enorme clase y educación me refirió claramente que a mi amigo Capella se lo iba a “Chingar”, textualmente, pues él sabía de las maletas de dinero que recibía en Morelos y de las 5 carísimas casas de las que es propietario el Ex Secretario. Ya estuvo bueno de estar manchando el buen nombre de alguien que está exponiendo su vida por la seguridad de los quintanarroenses, si tiene pruebas, que las exhiba y sino que pare de poner en peligro a quien sí trabaja por los ciudadanos.
De la misma forma me espetó retador, que “yo lo criticaba por que recibía dinero para hacerlo”. En este punto quiero ser e-x-t-r-a-o-r-d-i-n-a-r-i-a-m-e-n-t-e claro. Primero, difícilmente alguien pagaría por que se critique la gestión de Blanco; ha hecho tantas idioteces, aunado a una brutal falta de resultados, que cobrar por criticarlo sería robar. Para no enfrascarme en cifras, que dicho sea de paso son públicas, y dan cuenta del deterioro brutal de la seguridad en Morelos solo cito el macabro hecho del pasado 13 de abril, en donde un comando armado mató a cuatro comensales y lesionó a otros 11 en un restaurante familiar en Cuautla, entre los lesionados dos menores, uno de los cuales ya perdió la vida. Por estos hechos, es que nadie puede pagar por pegarle al señor Blanco, su incompetencia épica no es pagada es orgánica.
Por este motivo, y lejos de rasgarme las vestiduras, en este espacio y en todos los demás que conduzco “lo reto y emplazo a que demuestre públicamente que he recibido un solo centavo para atacarlo, a él o a cualquier otro actor público o privado”. Le conmino a que ponga su chequera donde está su lengua y ya que es usted tan “hocicón”, sino demuestra públicamente que he recibido dinero para criticarlo, voy a proceder legalmente y lo retaré todos los días por redes sociales. Le reto a que encuentre un buen inmueble a mi nombre o una cuenta bancaria en donde existan entradas que no sean aquellas en las que Grupo Imagen me deposita por mi trabajo.
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