“Es urgente que el actual gobierno establezca una política de Estado que detone el desarrollo integral del campo y priorice el bienestar de los pueblos originarios y las comunidades campesinas, tomando a la vivienda rural como estrategia fundamental”
La vivienda rural debe ser considerada como un elemento prioritario en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, en medio de una política integral de respeto y cooperación entre el campo y la ciudad, externó un grupo de académicos e investigadores de una docena de universidades e instituciones de educación superior del país.
El documento que establece estas recomendaciones fue entregado a la Presidencia de la República, en el que presentan 50 puntos para reactivar el campo con una política integral, se asegura que el país tiene una “gran deuda” con el medio rural y con el campo.
En conferencia, Juan Tinoco Molina, director de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) unidad Tecamachalco, del Instituto Politécnico Nacional (IPN); Ricardo Tena, académico de la misma institución, y Francisco Acatzin Espinosa, de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, presentaron el documento que, con cifras y datos oficiales, se evidencia que el campo enfrenta una “crisis extrema”, con una terrible descomposición de su tejido social.
“Es urgente que el actual gobierno establezca una política de Estado que detone el desarrollo integral del campo y priorice el bienestar de los pueblos originarios y las comunidades campesinas, tomando a la vivienda rural como estrategia fundamental”, señala el documento de 14 cuartillas, titulado “La vivienda rural en el nuevo proyecto nacional: política prioritaria”, entregado también a varias dependencias federales, al Congreso de la Unión, y a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
También se mencionó que en la década de los 30 , salvo contadas excepciones, el medio rural no ha figurado en la estrategias y prioridades gubernamentales, las que han privilegiado la industrialización, el mercado, los bancos, la metropolización y el desarrollo urbano, creciendo con ello la exclusión, pobreza, marginación y el despojo, de tierras, territorio y aguas.
Juan Tinoco Molina, director de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) unidad Tecamachalco, mencionó que incluso el plan de estudio del plantel está alejado del desarrollo rural, pues en la formación de los nuevos profesionales en estas áreas se ha privilegiado la construcción urbana.
Las 50 recomendaciones se plantean de manera resumida en cuatro ejes o líneas temáticas: territorio, medio ambiente y territorialidad de la vivienda; vivienda rural en regiones bioculturales; vivienda popular; vivienda rural, mujeres y bienestar comunitario, y aspectos jurídicos-políticos, operativo y financieros.
Los académicos e investigadores que elaboraron el documento pertenecen, entre otras instituciones, a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), a la Escuela e Instituto Nacional de Antropología e Historia (ENAH) (INAH), el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas) y la Universidad Veracruzana, entre otras.
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