Esta semana se dio a conocer el caso de un niño en Oregon que contrajo tétanos, una enfermedad muy dolorosa y 100% prevenible si se vacuna
La reciente aparición de enfermedades que eran mortales hace más de 100 años y que a entrada del siglo XIX comenzaron a ser erradicadas mediante la aplicación de vacunas, ha encendido las alertas en todo el mundo gracias a un movimiento llamado “anti-vacunas”, los cuales están poniendo en riesgo a niños y adultos a nivel mundial.
Los grupos anti-vacunas son tan antiguos como el origen de las mismas. La desconfianza a lo desconocido, la especulación sobre temas médicos poco conocidos y las teorías conspirativas, han hecho que a lo largo de los años cada vez sean más los padres que desdeñan esta forma de prevención y protección pública.
Cuando los gobiernos comenzaron a establecer la obligatoriedad de las vacunas, especialmente en países desarrollados, y se logró erradicar las enfermedades más mortíferas y dañinas, este tipo de pensamiento de “control gubernamental” menguó un poco pero no desapareció.
Actualmente este gran logro de la humanidad, está retrocediendo a una velocidad vertiginoza.
Pero ¿qué podría justificar el no inmunizar a un ser que amas y depende completamente de ti? La respuesta tiene varias vertientes, contrariamente a lo que podría pensarse el amor también influye.
¿Amor? Así des, debido a que entorno a las vacunas han surgido muchas teorías que las satanizan, quienes se enteran de esas “monstruosidades” pretenden poner a salvo a los seres que más aman: sus hijos.
Lo cierto es que lejos de proteger a los niños, los padres que deciden no vacunarlos los están exponiendo a riesgos reales y terribles, las enfermedades que evitan las vacunas son dolorosas, además las secuelas que dejan suelen ser devastadoras, en caso de que se logre sobrevivir a la afección.
La respuesta más real es que los padres anti-vacunas tienen una mezcla de ignorancia y egoísmo.
Argumentos de los grupos anti-vacunas
Los grupos anti-vacunas tienen muchos argumentos, el principal podría decirse tiene una base científica, pues lo divulgó un médico, aunque ya han surgido investigaciones que lo rebaten, lo dicho por el médico no se ha ido de las mentes de los miembros de estos grupos.
Otras razones, bastante apartadas del campo de la ciencia, provienen principalmente de teorías conspirativas, las cuales abundan en internet, estas manejan diversas vertientes, para entenderlas mejor a continuación explicaremos cada una de ellas.
Vacunas y autismo
En 1998 el médico británico Andrew Wakefield y su equipo de colaboradores, publicaron en la revista The Lancet, un estudio que realizó con niños autistas, en él afirmaba que la vacuna Triple viral -vacuna que protege contra el sarampión, la rubeola y la parotiditis (paperas)- era la causante del autismo.
La comunidad médica no aceptó del todo el estudio, pues consideraban que era pequeño (sólo participaron 12 niños) y una muestra así no puede ser concluyente.
Esta teoría fue reafirmada por Jenny McCarthy, chica Playboy, y su entonces novio el actor Jim Carrey, la mujer aseguraba que su hijo era autista por culpa de las vacunas. En 2007 encabezaron una lucha contra las vacunas.
Se hicieron muchos estudios para confirmar si existía relación entre el padecimiento y la vacuna, sin embargo, ningún equipo de científicos logró establecer la conexión, por lo que se dio como falso.
En 2005 los colaboradores de Wakefield retiraron su firma de la investigación.
Laboratorios médicos manipulan vacunas
Esta es otra teoría que manejan los detractores de las vacunas, según ellos, la información que les ha llegado dice que las farmacéuticas que desarrollan las vacunas, inoculan agentes patógenos en ellas con el fin de hacer que la población enferme y por ende consuma sus productos.
Esta teoría aumento cuando niños de diversos países pobres murieron por una vacuna contaminada, en México también se dio un caso en Chiapas, lo que generó que grupos creyeran que las vacunas era una forma de exterminar a la población más pobre.
Las vacunas contienen bacterias o virus, generalmente muertos, y aunque se realizan con el mayor cuidado y bajo estándares de calidad, existe el riesgo de que se puedan contaminar, sin embargo este riesgo es mínimo, casi imposible.
Vacunas y Nuevo orden mundial
Por difícil que sea creer esto, también influye en la decisión de no vacunar a los hijos. Diversos “testimonios” de ex sacerdotes, ex satánicos o gente que perteneció a grandes empresas, circulan en la red.
En ellos se asegura que las vacunas están modificadas, ya sea para que la población se enferme o incluso para que su despertar sexual sea prematuro y de este modo tener a la población bajo control.
Las personas “conspiracionistas” han influenciado a muchas personas, llegando al punto de convencerlos de que las vacunas son malignas.
Vacunas con contenido tóxico
Muchas vacunas contienen sustancias químicas como mercurio, aluminio y formaldehído, pero las dosis son tan pequeñas que las sustancias no se consideran tóxicas.
Por ejemplo, las vacunas contienen pequeñas cantidades de aluminio para que los tiros sean más efectivos. La dosis de aluminio asciende a aproximadamente 0,125 mg por dosis, mucho menos que el promedio de 30 a 50 mg que un humano consume a diario a través de alimentos. Y a pesar de que el mercurio utilizado en las vacunas también es insignificante, se eliminó de casi todas las infantiles en 2001.
Impiden que el sistema inmune de los niños se desarrolle naturalmente
Las vacunas fortalecen su sistema inmunológico, no lo debilitan. Aportan con una forma debilitada de virus en el cuerpo para que su sistema pueda aprender a identificar y defenderse contra futuras infecciones por sí mismo.
Para jóvenes y adultos, aumentar su sistema inmune con una vacuna es particularmente importante. Por ejemplo, los niños deben recibir vacunas para infecciones peligrosas a una edad temprana, porque es cuando sus sistemas inmunes son más susceptibles.
Contenido relacionado