Jesucristo Gómez hace una fuerte crítica a las instituciones, a la iglesia, al sistema gubernamental del país donde nadie sabe nada
A partir del mito religioso más conocido del mundo y por medio del humor Jesucristo Gómez busca acercar al espectador a una cruda realidad: los jodidos seguirán siendo la reserva de unos cuantos.
Este montaje hace una fuerte crítica a las instituciones, a la iglesia, al sistema gubernamental del país donde nadie sabe nada, a sus aparatos de justicia y a los métodos que ejercen. El discurso de los explotados urgidos por un líder.
Jesucristo Gómez ofrecerá temporada en La Casa del Teatro (Vallarta 31 A, Barrio la Concepción, Coyoácan) del 30 de marzo al 12 de mayo, a excepción del 20 y 21 de abril (Semana Santa). Las funciones serán los sábados (19:00 horas) y domingos (18:00 horas).
Jesucristo Gómez es un hombre mexicano que, no sólo comparte nombre con el nazareno, sino que a lo largo de su vida se encuentra con muchos paralelismos. Gómez nace como resultado de una infidelidad que cometió su madre, María David, pero ella le pone el nombre del máximo baluarte del cristianismo como un designio a futuro porque él cambiaría el mundo que habita. Es así como tres décadas más tarde vemos a un albañil que se enfrenta a la muerte de Juan Bautista, su primo, a quien Horacio Mijares mató.
Gómez crea una organización ciudadana constituida por pepenadores con los que viaja, como hiciera el Jesucristo original con sus apóstoles, por todo el país con un discurso de justicia y denuncia social. En el camino, Justo Irigoyen, uno de sus discípulos, lo traiciona y lo entrega a Horacio, quien lo lleva hasta la cárcel donde Gómez muere.
Diez actores en escena y un músico en vivo le dan vida a esta historia. Con un lenguaje del cuerpo y un mínimo de escenografía los actores representan el mundo de esta puesta en escena. La apuesta es por el teatro gestual, dando como resultado cuerpos grotescos y abiertos que demuestran su estrato social por sus acciones y denotan el gesto social que los caracteriza.
Su director, Mauricio Pimentel, explica: “El motivo principal para remontar Jesucristo Gómez es porque a 33 años de publicada la obra del mexicano Vicente Leñero, las cosas en este país parecen no haber cambiado demasiado. Resulta vigente y doloroso el discurso donde nos damos cuenta que México es un país de extrema desigualdad donde solo se enriquecen algunos cuantos, donde las cosas nunca han cambiado o quizás, en el tiempo en que se escribió, se sustenta el origen de la barbarie que vivimos, donde nadie tiene el derecho de alzar la voz, desenmascarar o decir verdades”.
“Vivimos en un país desentendido donde ‘nadie sabe nada’ y, en el caso de que alguien quiera luchar por los que menos tienen, es muy probable que termine arriesgando su vida por querer lograr un cambio. Con Jesucristo Gómez buscamos que el público reflexione sobre la situación social y política, que cuestione a sus instituciones para dejar el círculo vicioso de violencia que nos ha acompañado a lo largo de las últimas décadas. Jesucristo Gómez es nuestro grito desesperado de libertad y esperanza”, concluye Pimentel.
La dramaturgia de Vicente Leñero fue adaptada por Mauricio Pimentel y Naolli Eguiarte. El elenco esta conformado por Irma Michelle, Gabriela Aguirre, Diana Becerril, Juan Pablo Aguayo Chávez, Daryl Guadarrama, Mar López, René Martínez, Mauricio Gordillo y Adalberto Márquez, bajo la dirección de Mauricio Pimentel.
La iluminación es de Alejandra Escobedo, la música original es de Martín López, el arreglo musical y ejecución corre a cargo de Eduardo Dux Piñera.
El público al que esta dirigido es adolescentes y adultos. El costo del boleto es de $200.00 y pueden adquirirse en las taquillas del teatro.
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