Con 39 semanas de embarazo, la joven se despidió de su bisabuela y de su tío abuelo, horas después se encontraba en estado de coma
El lamentable acontecimiento ocurrió 2 de diciembre por la mañana, una joven de 19 años de nombre Rosalía, ingresó al Hospital General Dr. Enrique Cabrera de la Ciudad de México para una cesárea programada.
La joven se registró como normalmente se hace en protocolos de ingreso, para después despedirse para siempre de sus familiares que la esperarían en el sitio. Los familiares de la joven esperaban noticias y el momento en que les entregaran a Rosalía y al nuevo integrante de la familia, sin embargo, horas más tarde la mujer entró en coma. Desgraciadamente
ochenta y nueve días más tarde, después de múltiples negligencias médicas ella murió, esto de acuerdo con el equipo jurídico del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE).
La abogada Yolanda García informa que Rosalía fue” víctima de violencia estructural y violación de sus derechos humanos por parte del Estado a través de los servicios de salud del gobierno de la Ciudad de México, toda vez que no recibió la atención médica adecuada tras un control prenatal normal en el centro de salud que la refirió al hospital del sistema público capitalino”.
También fueron violados los derechos de sus familiares por negarles el conocimiento del estado de salud de Rosalía. Su abuela y su tío pudieron verla hasta dos días después de que fue ingresada.
La Procuraduría de Justicia es ahora la encargada del caso de la joven, sin embargo en la dependencia hasta el momento no se ha iniciado ninguna carpeta de investigación por la muerte de la joven.
La familia de Rosalía mencionan que desde el primer momento fue víctima de violencia obstétrica pues el personal del hospital la obligó a intentar un parto normal aún cuando no tenía contracciones y había una instrucción estricta del médico que la refirió para que se le realizara una cesárea debido a su complexión y corta edad.
A partir de ahí las abuelitas y el tío abuelo de Rosalía reportan a las abogadas de GIRE que el personal nunca les informó sobre la condición médica de la joven ni por qué había pasado tantas horas en labor de parto en lugar de practicarle la cesárea desde un inicio.
El 18 de febrero fue entregado el parte médico por el director del hospital, después de la orden de un juez que intervino por un recurso de amparo urgente interpuesto por GIRE. A Rosalía se le practicó una cesárea de emergencia luego permanecer por horas en labor de parto, esto le provocó una “atonía uterina”, es decir la imposibilidad del útero a contraerse después de haberse expandido, lo que le trajo una hemorragia que derivó en una histerectomía.
A la joven tuvieron que ligarle las arterias uterinas, después fue “empaquetada”, esto significa que la llenaron de gasas para evitar que continuara desangrándose. Mientras esto ocurría, Rosalía sufrió un paro cardíaco tras una hemorragia masiva, que la dejó en terapia intensiva.
Cuando finalmente la familia la pudo ver, dos días después, Rosalía se encontraba entubada, con sondas y en estado de coma. El diagnóstico médico era atrofia cortical cerebral, un daño cerebral irreversible por el cual todos sus órganos se encontraban comprometidos. La falta de atención del hospital nunca gestionó una interconsulta con un neurólogo de otra institución ya que en el mismo no contaban con uno propio.
A la joven no se le daban las atenciones indicadas, le dejaban las sondas sucias, le suministraban los medicamentos y la alimentación por vía oral en lugar de intravenosa y tampoco la aseaban, denuncia GIRE.
Al intervenir el juez, la dirección del hospital se comprometió a realizar una nueva tomografía y sacarle una interconsulta con el neurólogo para confirmar el diagnóstico; así como enviarla a rehabilitación para que recibiera las terapias pertinentes; flexibilizar los horarios para que dos personas de la familia pudieran estar todo el tiempo con ella para darle sus masajes, y proporcionarle una dieta especial determinada por una nutricionista.
Desgraciadamente esto nunca se cumplió, el medicamento se le siguió suministrando vía oral, por lo que nunca bajó la fiebre; la falta de rehabilitación provocó que se le hiciera una llaga en la pierna que se le infectó; las enfermeras no la limpiaban “por miedo a que pasara algo”; nunca le dieron una dieta especial “porque ya casi no comía”; le realizaron otra tomografía, pero no solicitaron la interconsulta con un neurólogo que interpretara el estudio, y finalmente cuando obtuvieron una cita en el Instituto Nacional de Rehabilitación el viernes pasado, no pudo ser atendida porque tenía fiebre. Por lo cual la salud de la joven no mejoró ni un momento.
El 22 de febrero por la noche Rosalía fue reingresada al hospital Dr. Enrique Cabrera donde ahora sí le suministraron los medicamentos por vía intravenosa para bajarle la fiebre, desgraciadamente fue tarde para ella. La madrugada del sábado sufrió una crisis por insuficiencia cardíaca y fue sometida a una cirugía para un cateterismo, del que salió en estado crítico. Finalmente el domingo 24 de febrero a las 7 de la noche Rosalía falleció.
Desde el inicio, el caso de esta joven mujer estuvo repleto de irregularidades, se violaron por completo sus derechos humanos. A petición de la familia, el equipo jurídico de GIRE presentará la próxima semana una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos por violencia estructural y continuará el curso del amparo interpuesto ante el juez.
El amparo urgente solicitado el jueves 13 de febrero por GIRE señala los tratos crueles, inhumanos que recibió la joven hasta la muerte.
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