Cada país se enfrenta con limitaciones muy particulares que provocan enormes deudas hacia diversos sectores de la población, y México no es la excepción
El 26 de noviembre de 2007, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró que el 20 de febrero de cada año es el Día Mundial de la Justicia Social, un día que permite tomar conciencia de la verdadera importancia que tienen los principios de libertad, justicia y la paz en el mundo, consagrados en la Declaración de los Derechos Humanos.
Una verdadera lucha por alcanzar una verdadera justicia social en una nación, debe superar obstáculos como la discriminación por nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, que pueda existir hacia algún miembro de la comunidad.
El objetivo siempre será apoyar la labor de la comunidad -nacional e internacionalmente- para erradicar la pobreza y promover el empleo pleno y el trabajo decente, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social y la justicia social.
No obstante cada país se enfrenta con limitaciones muy particulares que provocan enormes deudas hacia diversos sectores de la población, y México no es la excepción.
Pobreza
La pobreza es una realidad compleja, consecuencia de múltiples causas y que ofrece distintas caras. Una de las más crueles es el hambre de la población, la cual a nivel mundial afecta a una de cada nueve personas en el mundo.
De acuerdo con el estudio más reciente de la Comisión Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en México hay 53.4 millones de personas que se encuentran en situación de pobreza y 9.4 millones alcanzan ya la pobreza extrema.
El estudio de Coneval resalta el contraste en la distribución de la riqueza, pues entidades como Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla registran los niveles más altos de pobreza con 77.1%, 70.4%, 64.4%, 62.2% y 59.4%, respectivamente. Y por otro lado los estados del norte: Nuevo León, Baja California Sur y Baja California, cada una con 14.2%, 22.1% y 22.2%, reportan los índices más bajos.
Respecto a este tema, un estudio reciente de Oxfam México demostró que tomaría alrededor de 120 años reducir la diferencia monetaria entre los más pobres y los más ricos en México.
De la misma forma reveló que aunque entre 2014 y 2016 los ingresos de los más pobres incrementaron en un promedio del 8%, lo mismo sucedió con el sector de la población más rica, cuyos ingresos aumentaron en un 4%.
Precariedad laboral
La escasez de trabajo o el limitado acceso al mismo, es otra de las problemáticas que detienen el desarrollo y el alcance de una justicia social entre las naciones.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que casi un tercio de la clase trabajadora mundial vive en la pobreza. Una realidad que sufren de manera especial a las mujeres, cuanto más las mujeres embarazadas y pertenecientes a alguna etnia, pues en todo el mundo, ellas registran un Índice de Desarrollo Humano más bajo que los hombres. La brecha salarial de género en todo el mundo se sitúa en el 23%.
En México, tan solo al mes de diciembre de 2018, la tasa de desocupación fue de 3.6% de la Población Económicamente Activa (PEA) a nivel nacional, dato superior al 3.3% de igual mes de 2017, su mayor nivel en los últimos dos años.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que en su comparación mensual, la tasa de desocupación en diciembre (de 3.6%) también fue superior a la de noviembre pasado, de 3.3%.
Por entidad federativa, las mayores tasas de desocupación en diciembre de 2018 se registraron en: Tabasco con 7.9%, Ciudad de México con 5.2%, Durango con 5.1%, Estado de México y Tlaxcala con 4.1%, en cada caso.
Falta de acceso a la alimentación y los servicios básicos
De acuerdo con el Coneval, en promedio, casi 30 millones de mexicanos padecen carencias sociales como: rezago educativo, acceso a los servicios de salud, la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda (casi 68.4 millones) al igual que sus servicios básicos, como también a la alimentación.
De la misma forma, el el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza, presentado por el Coneval, demostró que más de 50 millones de mexicanos no tienen acceso ni siquiera a una canasta alimentaria debido a que atraviesan una situación de pobreza laboral, lo cual significa que su salario es inferior a lo necesario para adquirir los alimentos básicos.
En al menos 20 de las 32 entidades viven esta situación. Chiapas es el estado con mayor precariedad en este rubro pues un 71.3% de la población tiene ingresos laborales inferiores al costo de una canasta alimentaria. Guerrero ocupa el segundo lugar con 65.6% y Oaxaca con 64.4%.
Discriminación y desigualdad social
El estudio más reciente sobre discriminación en México realizado por Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación en México (Conapred), reveló que 8 de cada 10 personas aseguran que sus derechos no han sido respetados por sus costumbres, cultura, acento al hablar, nivel educativo, forma de vestir o religión.
Incluso el 36% de los encuestados aseguró que no estaría dispuesto a permitir que viviera en su casa una persona de una cultura diferente y el 75% considera que el profesar diferentes religiones genera divisiones entre las personas. Las mujeres, jóvenes y niños indígenas son los más vulnerables en cuanto a discriminación en México principalmente por razones de lenguaje.
Sin embrago el sector de las personas con discapacidad también son víctimas frecuentes de actos discriminatorios. El Conapred informó que en 2015 atendió mil 493 quejas de personas con discapacidad, mala condición de salud y por temas de apariencia física.
Las cifras de denuncias atendidas por el Conapred en temas de discriminación son principalmente por: apariencia física (182 casos); discapacidad (169 casos); embarazo (115 casos); condición de salud (100 casos) y preferencias sexuales (98 casos).
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