Los secuestradores exigían tres millones de pesos a cambio de la libertad de la joven estudiante de odontología, mientras que por el abogado la suma solicitada era 200 mil pesos
El caso de una estudiante de odontología que fue rescatada después de estar secuestrada por 11 días bajo torturas y amenazas de muerte es la historia que esta semana nos comparte nuestro compañero Carlos Jiménez en “Tras la pista”.
Fue hasta la Coordinación General Antisecuestro en el Estado de México a donde llegó el padre de joven, a la que llamaremos Angélica, para pedir ayuda después de que un grupo de delincuentes la plagiara.
“Los secuestradores exigían a cambio de su libertad tres millones de pesos. La primera medida de presión que ponen es que no denuncien a las autoridades el secuestro, si lo hacen corre peligro la vida”, relata Rodrigo Archundia Barrientos, coordinador General Antisecuestro de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.
Los investigadores de inmediato apoyaron a la familia de Angélica de solo 19 años de edad. Comenzaron a buscar pistas para ubicar a los secuestradores, pero entonces recibieron una nueva denuncia, de otro secuestro. La víctima ahora se trataba de un abogado.
“Al ir circulando por la carretera que viene de Otumba hacia unas personas le marcan el alto lo privan de la libertad y empiezan a realizar llamadas de exigencia a su mamá, que querían 200 mil pesos”, explica Bonifacio Olivares Aguilar, titular de la Fiscalía Especializada en combate al Secuestro del Valle de México.
Así, en el área de negociación y manejo de crisis, agentes entrenados apoyaron a los familiares de ambas víctimas para sostener las llamadas con los plagiarios, y así negociar la vida de los suyos.
En ese lugar se graba, se escucha y se analiza la voz de estos sujetos que amenazan en todo momento y exigen lo que ellos llaman su dinero.
“Paralelamente hay un equipo de análisis un equipo de investigación de policías, de agentes de investigación para amenazar a trabajar el teléfono que nos están haciendo las llamadas extorsivas, las llamadas de exigencia”, explica Archundia Barrientos.
Mientras un grupo realizaba cruces de llamadas, diagramas de flujo, otros más rastreaban la casa de seguridad en donde mantenían cautivo al abogado.
Sabían que de la zona de Otumba en donde lo raptaron, se lo habían llevado a una casa de seguridad en algún punto del municipio de Valle de Chalco, por lo que recorrieron diversas calles, vigilaron numerosos domicilios, entrevistaron a mototaxistas, comerciantes. Personas que poco a poco cerraron el cuadro de búsqueda. Así procedieron al operativo de rescate del abogado.
“Se ubica la casa y también se ubica por las geolocalizaciones se ubica la camioneta en la que se habían llevado a la víctima, en ese momento como se veían sospechosa la entrada y salida de varias personas se determina que es la casa de seguridad” nos explica el fiscal Olivares Aguilar.
Una vez concretadas las liberaciones, hasta el área de galeras de la Coordinación General Antisecuestro del Estado de México fueron llevados los ocho miembros de dos bandas luego de ser detenidos. De ahí fueron enviados a distintos penales en donde actualmente se encuentran presos.
De esta forma, el trabajo de gabinete y campo, el análisis de llamadas y un par de operativos de rescate perfectamente planeados. Tras la pista se logró desintegrar a estas banda de plagiarios.
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