En México son más de 40 los corporativos los que se han sumado a esta iniciativa de HSI y desde 2015 se han comprometido a dejar de utilizar huevo o carne que provenga de animales enjaulados
Como parte de sus valores en el sentido de creer que la compasión hacia los animales es una condición humana natural indistintamente de la cultura, la situación económica o el sistema político, Humane Society International (HSI) sigue con su cruzada por el bienestar y mejor trato para las especies de producción, buscando acabar con el trato cruel que reciben en las granjas y que genera distintas afectaciones.
HSI, una de las organizaciones más importantes alrededor del mundo que luchan por la protección de los animales, nos explica que en Latinoamérica, cientos de millones de gallinas ponedoras de huevo y cerdas reproductoras son confinadas en jaulas de metal tan pequeñas que apenas pueden moverse, por lo que prácticamente pasan inmovilizadas toda su vida.
Esta clase de confinamiento intensivo, es tan de extrema crueldad imposibilitando que puedan realizar actividades o movimientos que se encuentran en su naturaleza, ya ha sido prohibido-total o parcialmente-a lo largo de la Unión Europea, Canadá, varias entidades de los Estados Unidos, además de muchos otros gobiernos estatales y nacionales alrededor de todo el mundo.
Al respecto, Vivián Argüelles, vocera de HSI, nos cuenta que trabajan con diferentes especies animales, como “de compañía, de laboratorio, de fauna silvestre; y justamente en la parte de animales de granja, impulsamos políticas para que las empresas dejen de utilizar huevo y carne de cerdo que provengan de animales que han estado enjaulados”.
Argüelles recalca en la importancia de impulsar este tipo de iniciativas que involucren tanto a la sociedad como a todos los actores de la cadena de producción de la industria alimentaria, dado que la mayoría de la población “desconoce las condiciones en que son criados todos los animales que dan origen a los productos de origen animal que consumimos y todos tenemos una responsabilidad sobre esto”.
En primer lugar las empresas, que son las que finalmente compran grandes volúmenes ya sea de huevo o de carne de cerdo, y tienen la capacidad de exigir en la cadena de abasto a los productores que cambien los sistemas de alojamiento para que ya no utilicen sistemas con jaulas”. Y en segundo lugar, justamente los consumidores, siendo quienes pueden exigir a las empresas “que quieren productos de mayor bienestar animal”.
¿Pero en qué nos beneficia este tema? En primera instancia, porque el bienestar animal es parte de la responsabilidad social empresarial y de la sustentabilidad, “entonces, las empresas pueden incluir sus avances en cuanto a una cadena de abasto más responsable en sus reportes anuales de sustentabilidad y ser reconocidas por sus clientes”, abunda Argüelles.
Y aunque estas prácticas no influyen directamente en la calidad de los productos de origen animal, que está más determinada por la alimentación que reciben los ejemplares durante la crianza, sí es cierto que al estar en condiciones de mayor dignidad y menos hacinamiento, se disminuyen las posibilidades de que presentan enfermedades a lo largo de sus existencia, y así menos medicación.
Si bien HSI lleva trabajando desde hace 25 años para proteger a todos los animales, incluyendo los criados para consumo humano y a nivel global, el tema está puesto sobre la mesa desde la década de 1960 en Inglaterra cuando la población se enteró que los animales eran tratados como máquinas y no como seres sintientes, en México ha cobrado auge cada vez más auge, impulsado principalmente por la dinámica de las multinacionales que tienen compromisos comerciales con países de Europa, en donde las jaulas de confinamiento ya están prohibidas desde hace varios años.
En total, en México son más de 40 los corporativos los que se han sumado a esta iniciativa de HSI y desde 2015 se han comprometido a dejar de utilizar huevo o carne que provenga de animales enjaulados, y la meta es que para el año 2025 sea al 100% la restricción de estos productos en su cadena productiva.
Pero la generación de conciencia sobre el tema no se limita al sector empresarial, extendiéndose a universidades en las que se imparte la carrera de Médico Veterinario Zootecnista, en donde brindan pláticas y seminarios para los alumnos y académicos, en los que abordan la importancia del bienestar animal.
HSI nos recuerda que al reconocer y celebrar el lazo entre los animales y las personas alrededor del mundo, podemos empezar a romper las barreras y crear una nueva una cultura de compasión para todos los animales, porque finalmente la producción animal será una actividad que da empleo a muchas personas y pese a los detractores se seguirá realizando, pero hay manera más éticas de que esto se lleve a cabo a lo largo de toda la cadena, incluyendo aspectos como enriquecimiento ambiental que favorezca el comportamiento nato,e sperando incluir a la brevedad el bienestar de los pollos de consumo, algo que ya sucede en Estados Unidos, porque finalmente es el poder de los consumidores el que hace el cambio.
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