Claudia Sheinbaum dijo que las denuncias de abusos y presuntos secuestros contra mujeres en el Metro se vienen dando desde 2017, pero no eran visibilizados, ni atendidos
La Procuraduría capitalina ya cuenta con la media filiación de los presuntos secuestradores y agresores de mujeres en las estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Fuentes cercanas a la indagatoria detallaron que en cinco casos que son investigados se ha detectado el mismo modus operandi: un sujeto ubica y sigue a sus víctimas dentro de los vagones del Metro y las persigue hasta que salen, donde las acorralan. Por lo menos dos sujetos más son sus cómplices.
El caso más reciente de esta indagatoria comenzó a las 11:44 horas, en la estación Zapata de la Línea 3, con dirección a Indios Verdes, el jueves 31 de enero.
Una joven identificada como Ashley denunció que al estar dentro del vagón fue seguida por un sujeto de entre 20 y 25 años de edad.
El hombre es de aproximadamente 1.60 metros de estatura, rapado en los costados y coleta, con el cabello teñido de color lila, con cejas depiladas, con un tatuaje en el cuello, delgado y con lentes de aumento.
La víctima también detalló que en su vestimenta portaba una playera de futbol americano de los Patriotas, pantalón de mezclilla, tenis muy sucios de la marca Puma. El sujeto no dejaba de teclear en un celular que llevaba en las manos.
“Iba en los vagones de en medio y me cambié al de mujeres, hasta donde me siguió y llegando a la estación Hospital General me bajé y se bajó atrás de mí.
Salí del Metro y ya no observé que me siguiera, pero al caminar por la calle de Doctor Francisco P. Carral, para dirigirme a la calle de Chiapas y al caminar media cuadra, un sujeto me llega por la espalda y mete sus manos por debajo de mis brazos y me sostiene fuerte del pecho.
Empiezo a forcejear para zafarme al mismo tiempo que gritaba ‘suéltame’”, fue parte del relato de esta joven que forma parte de la carpeta de investigación CI-FCH/CUH-8/UI-1 S/D/00470/01-2019, iniciada por el delito de Privación de la Libertad.
Mientras la joven trataba de liberarse de su agresor observó que a unos metros se estacionó un taxi, de la marca Nissan, tipo Tsuru, color blanco con rosa, de donde descendió otro sujeto que viajaba en la parte trasera para, ante su resistencia, sujetarla de las piernas.
Al no poder someterla, el conductor también descendió para abrir la cajuela e intentar introducirla. En ese momento otra mujer se percató del hecho y comenzó a gritarles con palabras altisonantes.
¡Suéltenla. Ayúdenla. Hijos de la chingada, malditos puercos!”, gritó la testigo, mientras que una comerciante que se encontraba recogiendo su puesto de tamales les aventó un banco de plástico, tras lo cual liberaron a la víctima.
La joven empezó a correr, pero memorizó las placas del taxi: A-3893C. Pudo llegar al plantel escolar en el que estudia y ahí fue atendida.
La media filiación de los otros dos agresores, misma que está siendo investigada por un grupo multidisciplinario de la Policía de Investigación, es la de otro sujeto de aproximadamente 26 años, estatura de 1.80 metros de altura, rapado, de complexión delgada, ojos rasgados y nariz chata, usaba un rosario de madera y un reloj dorado.
El conductor del taxi fue descrito como un hombre de entre 60 a 65 años, complexión robusta, una estatura de 1.60 metros de altura, barba y cabello entrecano.
Los tres atacantes tenían una perforación en la oreja.
Ayer, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo que las denuncias de abusos y presuntos secuestros contra mujeres en el Metro se vienen dando desde 2017, pero no eran visibilizados, ni atendidos.
Con información de Gerardo Jiménez
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