La mariposa monarca “no está amenazada como especie”, pero la población migratoria de Norteamérica sí lo está, explicaron activistas
En uno de los mayores y más positivos repuntes, el arribo de las mariposas monarca a México para cumplir con su proceso de hibernación, se incrementó un 144% frente al año anterior, informaron autoridades y activistas que protegen a este animalito.
Andrew Rhodes, comisionado nacional de áreas protegidas en México, señaló en conferencia de prensa, que en esta temporada de migración, las mariposas ocuparon más de seis hectáreas en santuarios protegidos en territorio mexicano, aunque enfatizaron que el proceso migratorio sigue en peligro.
La mariposa Monarca (Danaus plexippus) recorre cada año hasta 4,500 km desde Canadá y Estados Unidos para establecer sus colonias en los bosques templados de oyamel y pino en el centro-oeste de México, pero la población de esta especie ha decaído drásticamente debido a los insecticidas, la deforestación y el cambio climático.
En 2014, Canadá, Estados Unidos y México establecieron un programa para conservar la especie, y un comité científico definió que seis hectáreas era la superficie adecuada para una población viable en Norteamérica.
Durante el periodo de hibernación 2018-2019, las mariposas color ocre con venas negras y manchas blancas se establecieron en 14 colonias que ocuparon un total de 6.05 hectáreas de los estados de México y Michoacán, según científicos y activistas de la ONG ambientalista WWF.
Estas cifras contrastan con las 2.48 hectáreas ocupadas durante la hibernación 2017-2018 y son las más alentadoras desde 2006-2007, cuando el área forestal que empleó este lepidóptero fue de 6.87 hectáreas.
La mayor densidad “se debe a que durante la primavera pasada, las monarcas que regresaron a Texas concentraron la puesta de los huevecillos en el centro del estado, donde las pupas y las larvas se desarrollaron favorablemente, dando lugar a la primera generación de mariposas de Estados Unidos”, subrayó Jorge Rickards, director de WWF México.
Además, se sembraron algodoncillos en Estados Unidos, las plantas de las que se alimentan las larvas, y en México se detuvo la tala forestal y se establecen jardines con flores para alimentar a las mariposas con néctar.
“La batalla no está ganada, esto es un llamado a no bajar la guardia”, subrayó Rickards.
La población de la mariposa monarca fluctúa, por lo que su recuperación solo podrá confirmarse a largo plazo.
En el periodo de hibernación 2013-2014, las mariposas ocuparon 0.67 hectáreas, contra el pico de 18.19 hectáreas en el periodo 1996-1997.
La mariposa monarca “no está amenazada como especie” pues se distribuye en varios países del mundo, pero la población migratoria de Norteamérica sí lo está, explicó Rickards.
La superficie forestal ocupada por las mariposas es un indicador indirecto de la cantidad que de individuos que llegan a México.
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