En situaciones de emergencia, el conocimiento hará que nuestro cerebro sepa qué hacer pese al pánico, y aunado al sentido de conservación, siempre será nuestra mejor herramienta cuando sólo nos tengamos a nosotros mismos
Cuando se vive en una tierra donde es más fácil morir de ignorancia que de hambre, mucho hay que trabajar y rara vez la solución estará en las dádivas o en los préstamos sin plazos o sin intereses.
Pero mientras nos cae el veinte, no nos queda más que prepararnos y luchar por buscar tener mejor educación. Y después de lo ocurrido en Tlahuelilpan me gustaría ofrecer una serie de recomendaciones para saber cómo actuar en caso de tener que vernos de frente con el fuego.
Desafortunadamente en los videos que circularon por la red, pudimos ver que las víctimas en muchos casos hacían justo lo contrario que se debe hacer en una situación como esta. Y lejos de posturas sociales o políticas, aquí la recomendación viene para saber cómo actuar. Pues no necesitamos estar en estas circunstancias para correr peligro, ya que a diario estamos en contacto con el fuego.
En la cocina, durante un incendio en el trabajo o la calle y hasta durante el fin de semana mientras hacemos una carne asada o frente a la fogata. Por eso les pregunto ¿sabríamos cómo actuar si estuviéramos envueltos en llamas?
Lo primero, la prevención. Si estamos en un ambiente donde el fuego es un riesgo, debemos utilizar ropa adecuada, evitar telas sintéticas o acrílicas y no jugarle al valiente fumando o haciendo algo que pueda provocar un accidente.
Si nos incendiamos, una vez lejos de la fuente de peligro, jamás correr. Ya que el movimiento acelera el proceso de combustión, y le proporciona al fuego el oxígeno que necesita para crecer. Además de que los vapores serán inhalados provocando lesiones internas o pérdida del conocimiento, algo que no queremos en ese momento. Aquí la clave es rodar por el piso o si es posible en la tierra.
Ahora que si somos testigos y no víctimas, lo primero es arrojar a la persona al suelo, cubrirla con una manta o tela y hacerla rodar para evitar que el fuego se propague. Y utilizar una fuente de agua sobre las prendas que utilizamos para apagarlo.
Si hay extintores, estos deben ser utilizados por expertos, pues no sabemos con qué tipo de químicos fueron cargados. Y al utilizarlos los polvos podrían asfixiar a la víctima o empeorar las quemaduras debido a su toxicidad.
Una vez apagada la persona no retire las prendas pegadas a la piel, coloque compresas húmedas y llame a los servicios de emergencia. Mientras llegan mantenga a la persona tendida, revisándola constantemente para evitar entre en hipotermia.
En situaciones de emergencia, el conocimiento hará que nuestro cerebro sepa qué hacer a pesar del pánico o lo complicado de la situación. Créame, nuestro sentido de conservación acompañado de educación, siempre será nuestra mejor herramienta y más cuando sólo nos tengamos a nosotros.
Por tu #Seguridad infórmate sobre cómo colocar un #Extintor en tu hogar o lugar de trabajo. pic.twitter.com/Tammk8WUaq
— ProtecciónCivilSeguridad (@CNPC_MX) 22 de enero de 2019
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