El ministro de Justicia de Brasil tuvo en sus manos, como magistrado, el expediente del exmandatario de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, que purga desde abril una pena por corrupción pasiva y lavado de dinero
El nuevo ministro de Justicia de Brasil, Sérgio Moro, prometió este miércoles ampliar su cruzada anticorrupción, iniciada como juez de la Operación Lava Jato, que llevó a la cárcel a decenas de políticos y empresarios de primer plano.
El combate contra la corrupción, contra el crimen organizado y contra los crímenes violentos son las tres prioridades de su agenda, dijo el exmagistrado de Curitiba (sur) al asumir el cargo.
“No se combate la corrupción solamente con investigaciones y condenas eficaces”, afirmó, al explicar por qué aceptó ser parte del gobierno del presidente Jair Bolsonaro.
“Se necesitan políticas más generales contra la corrupción, como leyes que hagan más eficaz el sistema judicial y leyes que disminuyan los incentivos y oportunidades de la corrupción. Un juez en Curitiba poco puede hacer respecto a esas políticas generales, pero en el Gobierno Federal la historia puede ser diferente”, declaró.
Moro estuvo al frente de los casos más sonados de la operación lava Jato, que a partir de 2014 puso al descubierto una gigantesca red de sobornos pagados por grandes constructoras a políticos de prácticamente todos los partidos para obtener contratos en la petrolera estatal Petrobras.
El ahora exmagistrado, de 46 años, tuvo en sus manos el expediente del expresidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), que purga desde abril una pena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero.
En su discurso, dijo que abogaría por mantener la regla del encarcelamiento de un condenado después de una sentencia de segunda instancia. El asunto debe ser debatido en abril por la Corte Suprema y, en caso de reversión de la norma, Lula podría ser liberado.
Moro dijo además que pretende intensificar el combate contra el crimen organizado.
“Los grupos criminales, que muchas veces dominan nuestras prisiones, son cada vez más poderosos. Es necesario enfrentarlos con leyes más eficaces, con [los servicios de inteligencia] y con operaciones coordinadas entre las diversas agencias policiales, federales y de los estados”, indicó.
Otro blanco de su gestión será el “crimen violento”, que “atemoriza a la población brasileña”. Brasil es uno de los países más violentos del mundo, con un récord de 63.880 homicidios en 2017, una tasa de 30.8 por cada 100,000 habitantes.
Moro se comprometió a reforzar la cooperación internacional, afirmando, sin mencionar explícitamente el caso Battisti, que “Brasil no será un puerto seguro para los criminales y jamás volverá a negar cooperación a quien la solicite por motivos políticos partidarios”.
El exactivista italiano Césare Battisti, que residía en Brasil desde 2004, está prófugo desde mediados de diciembre, cuando la justicia ordenó su captura para extraditarlo a su país, donde fue condenado por cuatro homicidios en los años 70.
O Brasil não será porto seguro para criminosos
discurse como ministro da Justiça e da Segurança Pública, as minhas principais medidas quero tomar a partir de agora, disse que uma das primeiras será enviar para o Congresso, já em fevereiro, um projeto de lei anticrime.
— Sérgio Moro FC (@MoroOficia) 2 de enero de 2019
Imagen: @JusticaGovBR
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