Francisco reconoció que la Iglesia había cometido graves errores en el pasado, pero prometió convertirlos en “oportunidades para eliminar este flagelo” tanto de la institución como de la sociedad en general
El jefe de la Iglesia católica, el Papa Francisco, en uno de sus discursos más duros, ha reconocido este viernes los errores del catolicismo a la hora de tratar los abusos de menores en el seno eclesiástico y ha llamado a los culpables a declarar.
“A aquellos que abusan de menores les diré lo siguiente: cambien y entréguense a la Justicia humana y prepárense para la Justicia divina”, afirmó el Papa en su tradicional discurso navideño ante la Curia, la administración central del Vaticano.
En el pasado el sumo pontífice ya había aprovechado las alocuciones navideñas para denunciar casos de corrupción y mala gestión en la Curia, pero esta vez se ha centrado en la crisis eclesiástica global relacionada con los abusos de menores.
“Quiero dejar claro que, ante estas abominaciones, la Iglesia no escatimará esfuerzos en hacer todo lo que sea necesario para llevar ante la Justicia a quien haya cometido estos crímenes. La Iglesia nunca buscará silenciar o no tomarse en serio algún caso”, señaló el Papa.
Francisco reconoció que la Iglesia había cometido graves errores en el pasado, pero prometió convertirlos en “oportunidades para eliminar este flagelo” tanto de la Iglesia como de la sociedad en general.
“Es innegable que en el pasado algunos, por irresponsabilidad, incredulidad, falta de entrenamiento, inexperiencia o falta de visión espiritual y humana, trataron muchos casos sin la seriedad y prontitud debidas. Eso nunca debe volver a suceder. Es la elección y la decisión de toda la Iglesia “, aseveró.
En este contexto, recordó el pasaje bíblico del rey David. “El rey descuida su relación con Dios, infringe los mandamientos divinos, daña su propia integridad moral sin siquiera sentirse culpable. El ungido seguía ejerciendo su misión como si nada hubiera pasado. Lo único que le importaba era salvaguardar su imagen y su apariencia”.
Un rey acomodado no cae en la cuenta que la corrupción se ha apoderado de él. Esta constatación la convierte el Papa en exigencia. Exigencia para enfrentar las propias responsabilidades con la justicia civil y con Dios y con la propia conversión personal.
Del 21 al 24 de febrero próximos Francisco ha convocado al Vaticano a los jefes de 110 conferencias episcopales y decenas de expertos y líderes de órdenes religiosas para una reunión extraordinaria sobre la crisis de abusos sexuales.
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