El reto mayor para su conservación es dar a conocer que el tiburón blanco no come personas, ya que su tracto digestivo es muy lento y el sabor del ser humano no le agrada
“El tiburón blanco es el animal más estigmatizado que existe”, afirma el doctor Mauricio Hoyos, experto en esta especie marina. Asegura que la película Tiburón (Steven Spielberg, 1975) repercutió negativamente en esta especie. “Cuando surgió esta película mucha gente los quería matar porque todos querían matar al monstruo y tener el trofeo de la mandíbula”, comenta.
El tiburón blanco ha sobrevivido 11 millones de años en el planeta pero, gracias al ser humano, hoy está en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Aunque en varios países está prohibida su captura y venta de productos derivados, en China y las costas Africanas una mandíbula se comercializa hasta en 50 mil dólares en el mercado negro y el conjunto de las aletas en mil dólares.
En México, el tiburón blanco es una especie protegida por la Norma Oficial 029 de la Semarnat, sin embargo, esto no elimina las amenazas. Georgina Saad Coordinadora del Programa de Especies Marinas Prioritarias del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) comenta que aunque “está prohibido pescarlo, puede salir como pesca incidental”, es decir, “que aunque no es tu objetivo sale dentro de una pesquería” al atorarse en las redes. En una visita a la Isla Guadalupe, en el océano Pacífico, pudimos constatar que hay tiburones blancos nadando con cuerdas pesqueras enredadas alrededor del cuello.
Desde el 2004, el doctor Hoyos pasa cinco meses al año estudiando a los tiburones blancos en la Isla Guadalupe, el punto más alejado hacia el Pacífico de todo el territorio mexicano, a 260 km de Baja California. Se requieren 22 horas de travesía en barco para llegar a ella.
Apoyado por la Alianza WWF- Fundación Telmex Telcel, el científico busca eliminar los mitos alrededor del tiburón blanco. “Para que sean maduros sexualmente tienen que pasar más de 25 años, tienen periodos de gestación súper largos y muy poquitos bebés, la gente piensa que son monstruos que nacen rapidísimo que tienen muchos crías”, explica Hoyos.
El reto mayor es dar a conocer que el tiburón blanco no come seres humanos: su tracto digestivo es tan lento que si lo usa, solo es con comida que le de la energía que necesita, un humano es muy poco. Además, sus botones gustativos son muy finos y el sabor del ser humano no le agrada.
Hoyos explica que los incidentes con personas y tiburones blancos casi siempre se dan con surfistas recostados sobre sus tablas, cuya silueta vista desde abajo (una figura larga y sólida con cuatro extremidades) confunde con la de sus presas, como lobos marinos o tortugas. A los humanos los muerde, los identifica y los escupe sin devorarlos, sin embargo, las heridas son tan graves porque la fuerza de su mordida es de 1.8 toneladas, 3 veces más fuerte que la de un león.
Con información de Diana Jiménez
Imagen: Carlos Aguilera, cortesía de WWF México
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