Volkswagen admitió en septiembre de 2015 haber manipulado más de 11 millones de automóviles diésel en todo el mundo mediante la colocación de un dispositivo fraudulento que disfrazaba las emisiones reales de gases
Decenas de miles de usuarios alemanes podrían unirse a la primera demanda colectiva que la asociación de consumidores del país presentará contra el gigante automovilístico germano Volkswagen por el escándalo de manipulación de vehículos diésel, según estimaciones de los abogados encargados del caso.
“A la Oficina Central del Consumidor se dirigieron unas 26,000 personas”, agregó Ralf Stoll, aunque a renglón seguido puntualizó que no todas ellas tienen previsto adherirse a la demanda colectiva que se comenzará a tramitar el próximo 1 de noviembre.
Tres años después de que la fabricante germana escandalizara al mundo al reconocer que había instalado un software fraudulento en 11 millones de vehículos en todo el mundo, la VZBV ha decidido tomar la iniciativa para defender los derechos de los consumidores aprovechando que en el país europeo entra en vigor una nueva ley que permite interponer demandas colectivas.
Este nuevo instrumento, al que se pueden sumar de forma gratuita todas aquellas personas que hayan comprado a partir de 2008 un coche de las marcas Volkswagen, Audi, Skoda o Seat con motor del tipo EA 189, les permitirá a los consumidores reclamar con mayor facilidad sus derechos ante el gigante automovilístico y les da una mayor esperanza de cobrar indemnizaciones.
No obstante, la compañía no parece dispuesta a ceder. “Este instrumento de la demanda colectiva no cambia para nada nuestra posición: no existe base jurídica en Alemania para las reclamaciones de los clientes en relación al tema del diésel”, señalaron.
Miles de conductores han denunciado hasta la fecha de forma individual a Volkswagen por el escándalo de manipulación. Según datos facilitados por la compañía, en septiembre todavía había 23,800 casos pendientes de juicio.
La automotriz germana Volkswagen admitió en septiembre de 2015 haber manipulado más de 11 millones de automóviles diésel en todo el mundo mediante la colocación de un dispositivo fraudulento que disfrazaba las emisiones reales de gases.
La compañía ya tuvo que pagar miles de millones en Estados Unidos por el escándalo, que dañó gravemente la imagen de la empresa y de los automóviles diésel. La Justicia estadounidense condenó además a dos ex trabajadores de VW a varios años de prisión y a multas elevadas.
En Alemania, en junio de este año Volkswagen aceptó pagar una multa de 1.000 millones de euros (unos 1.180 millones de dólares) porque las investigaciones de la Fiscalía determinaron que se produjeron “incumplimientos del deber de vigilancia.”
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