Cada 18 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Menopausia tras un acuerdo entre la Sociedad Internacional de la Menopausia y la Organización Mundial de la Salud en el año 2000
El Día Mundial de la Menopausia se celebra cada 18 de octubre a partir de un acuerdo entre la Sociedad Internacional de la Menopausia (SIM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de ayudar a crear conciencia sobre la importancia de la evaluación de la salud de las mujeres, así como de la prevención de enfermedades durante este lapso de la vida pues dentro de treinta años habrá más de mil millones de mujeres con cincuenta años o más, el triple que en 1990.
La campaña de sensibilización de 2018 se concentra en el bienestar sexual después de la menopausia y que los profesionales de la salud cuenten con un marco que les permita abordar los problemas de la medicina sexual.
En el caso de México, se estima que más de ocho millones de mujeres- entre los 45 años o más- actualmente sufren bochornos, insomnio y cambios de humor como consecuencia de la menopausia, así como un riesgo incrementado de sufrir fracturas óseas y males cardiovasculares. Muchas de ellas, incluso, condenadas a vivir esta fase con malestar, incomprensión y alteraciones en su salud.
En este marco, distintos especialistas médicos recalcan la importancia de comunicar a la población que la menopausia no es una enfermedad, sino una etapa natural en la que el organismo femenino experimenta ciertas modificaciones, pero que ello no significa que deban padecerlo y arriesgar su salud, ya que existen estrategias médicas para tener una adecuada calidad de vida durante esta etapa que ocurre generalmente entre los 45 y 50 años.
Caracterizada por la disminución y cese de la producción de la hormona llamada estrógeno, se desencadenan trastornos físicos, mentales y emocionales -de leves a intensos- como bochornos, insomnio, cambios de humor, ansiedad, incontinencia urinaria, resequedad vaginal, dolor en articulaciones y trastornos sexuales, así como la aparición de enfermedades como osteoporosis y males cardiovasculares que, de no ser tratados de manera temprana, alteran importantemente la calidad de vida.
Así, la OMS explica que dado el incremento de la esperanza de vida, se recomienda que a partir de los 45 años de edad las mujeres deben acudir con su médico, quien tras una evaluación clínica, determinará el tratamiento a seguir.
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