El servicio de streaming se hizo público el 7 de octubre de 2008 y se podía tener acceso sólo con invitación. Actualmente, se encuentra en 65 países diferentes
La famosa plataforma sueca de música en continuo, Spotify, cumple este domingo diez años como “salvavidas” de la otrora floreciente industria discográfica, perjudicada gravemente por la piratería.
Con 35 millones de canciones en catálogo, Spotify (cuyo nombre resulta de combinar las palabras “spot” e “identify”) se sigue presentando como el servicio de audio en línea “más popular del mundo”, con una comunidad de 180 millones de usuarios.
De ellos, 83 millones son de pago, y está presente en 65 mercados del planeta. En marzo llegó a Sudáfrica, lo que supuso su desembarco en África.
También es el servicio que más retorno económico proporciona hoy por hoy al negocio de la música (9,2 billones de dólares a 31 de diciembre de 2017).
Por cada usuario, paga 20 dólares a las discográficas, mientras que Youtube, el otro gigante del “streaming” (música continua), remunera a los artistas con menos de un dólar.
Su desarrollo tecnológico arrancó en 2006, el lanzamiento oficial fue en 2008, con lo que se alteró la percepción fuertemente asentada de que la música había que poseerla para su disfrute.
Spotify no fue pionero en el streaming. “Sólo” ha sido la compañía que inició el cambio de modelo de negocio de una gran industria, que no es poco. Como suele ocurrir, para que un servicio brillante pueda existir, no sin sus fallos, otros actores tienen que haber experimentado e innovado, aunque todavía falte visión de producto, perspectiva y realización.
Plataformas como Rhapsody o Napster, renacido como oferta legal, ya intentaban desde hacía años establecer el modelo. Actualmente su competencia más fuerte es Apple Music.
Su modelo de negocio “Freemium” permite usar Spotify de forma gratuita a cambio de pausas publicitarias y restricciones para saltar canciones. Sin embargo, también existe una variante de pago. La tesis de Daniel Ek, actual CEO de la empresa, era esta: primero hay que atraer a los usuarios a la plataforma y más tarde intentar persuadirlos de que paguen una suscripción.
Pese a que discográficas como Universal, Sony BMG, Emi y Warner apoyaron a la plataforma tras duras negociaciones, durante años hubo muchas grandes bandas y artistas ausentes, lo que mermaba un poco la ilusión de “tener toda la música”. Algunos ejemplos de discografías señaladas por no estar en la plataforma fueron:
- The Beatles: disponible en diciembre de 2015.
- Led Zeppelin: disponible en diciembre de 2013.
- Metallica: disponible desde diciembre de 2012.
- AC/DC: disponible desde junio de 2015.
- Pink Floyd: disponible desde junio de 2013.
- Bob Dylan: disponible desde enero de 2012, tras salir en agosto de 2009.
- Prince: disponible desde febrero de 2017, tras salir en julio de 2015.
Spotify llega a los dispositivos móviles
l Walkman, el Discman, el iPod o el reproductor de MP3 genérico nos permitieron y permiten disfrutar de la música en cualquier lugar y momento. Sin embargo, en 2008-2009 ya no era tanto la cuestión de dónde, sino la de qué. Todos los formatos, con sus ventajas y desventajas, limitaban físicamente la música a escuchar. Incluso contando con un iPod de 160 GB cargado de toda la música, un amigo nos podría pedir una canción, o simplemente recomendar un disco que había escuchado recientemente. En cualquier caso, escucharlo en el momento, incluso queriendo pagar, sería imposible, salvo usando la iTunes Store o similares en un iPhone.
Spotify para iOS y Android cambió eso para siempre en septiembre de 2009.
Manteniendo el precio de la suscripción mensual de escritorio, ahora “toda” la música nos acompañaba siempre, sin tener que adquirirla, descargarla o copiarla desde la computadora, que antes era un proceso normal, pero que con buenas redes Wi-Fi comenzaba a ser tedioso. El hecho de que existiera la posibilidad de descargar las listas de reproducción para escuchar offline fue un punto muy importante, pues las tarifas de datos dejaban bastante que desear, y la calidad era similar a la actual, por lo tanto, lo mismo con el consumo.
Tras contar con un servicio cada vez más maduro y asentado, comenzó el momento de dar más al usuario, sobre todo en descubrimiento pero también en otro tipo de funciones.
En ese sentido, cuatro años después de llegar a los celulares de manera limitada a las cuentas premium, la compañía abrió la posibilidad de acceder al catálogo con cuentas gratuitas. La limitación en smartphones estaba en el hecho de sólo poder escuchar en modo aleatorio. En abril de este año se anunció que se relajaría la medida y ahora se podría escuchar tantas veces y en el orden en que se quisiera las canciones contenidas en listas de reproducción generadas por el sistema en base a los gustos de cada usuario.
La compañía sigue creciendo a un ritmo altísimo, incluso exceptuando las usuarios suscriptores en período de prueba. La salida a bolsa fue bien, y sus ingresos crecen a más del 25% interanual, pero la empresa sueca no para de perder dinero. Los royalties que tiene que pagar a las discográficas y a los artistas son más de lo que puede asumir, y a día de hoy uno de sus planes pasa por detectar si suscripciones familiares realmente pertenecen a familias, o si por el contrario, como ocurre, muchos grupos están compuestos por amigos, conocidos o usuarios de foros que se han buscado exclusivamente para eso.
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