La desaparición forzada de 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa tuvo un impacto pocas veces visto en la sociedad mexicana al tratarse de decenas de jóvenes de los que se perdió el rastro en condiciones opacas
Los acontecimientos que derivaron en lo que conocemos como “el caso Ayotzinapa” en el que un grupo de jóvenes estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” fueron agredidos y privados ilegalmente de su libertad destaparon la cloaca de todas las fallas, corruptelas, abusos de poder e infiltración de grupos criminales en organizaciones políticas y de seguridad pública.
Si bien, a la fecha se sabe que son 41 los jóvenes de los que se desconoce su destino, teniendo la certeza de la muerte de dos del grupo que conformaron los 43 que desaparecieron en un primer momento, el reclamo ciudadano no ha cesado en contundencia, exigiendo que se esclarezca el paradero de los estudiantes y que, los responsables de todos los hechos de la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014, que desencadenaron en el “caso Ayotzinapa” sean procesados y castigados conforme a derecho.
Este episodio de la historia reciente de México tuvo un impacto pocas veces visto en la sociedad del país al tratarse de decenas de estudiantes que desaparecieron en condiciones por demás opacas.
Conforme fue creciendo el escándalo y avanzaron las investigaciones sobre estos hechos, salió a la luz la colusión de servidores públicos con el grupo delincuencial “Guerreros Unidos”, al que, gracias a una serie de sobornos, los cuerpos de seguridad de Iguala y municipios aledaños, les permitían desarrollar sus actividades al margen de la ley.
Fue tal la consternación e indignación nacional e internacional, tanto por lo deleznable del hecho como por la vaguedad con que se desarrolló la investigación que diversos colectivos, organizaciones no gubernamentales, activistas como el padre Alejandro Solalinde, mandatarios de distintas naciones, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el Papa Francisco, la comunidad artística y miembros del mundo deportivo, expresaron su rechazo y exigencia porque se esclareciera el caso.
Durante una audiencia pública el 29 de octubre en el Vaticano, el Papa Francisco aludió al “pueblo mexicano, que sufre la desaparición de sus estudiantes”, dedicando unas palabras ante los miles de fieles católicos congregados en la plaza de San Pedro.
“Envío un saludo especial al pueblo mexicano que sufre la desaparición de sus estudiantes y por tantos problemas parecidos, que nuestro corazón de hermanos esté cerca de ellos, orando en este momento”, dijo el sumo pontífice.
En varios estadios de futbol se dejaron ver distintas muestras de apoyo, siendo la más importante la del 8 de noviembre de 2014 realizada por la barra Los De Arriba durante el juego entre León y Puebla, con una manta que condenaba el hecho y un centenar de carteles con el número “43”.
De igual manera, el 12 de noviembre de 2014 en Ámsterdam, antes de un partido de la Selección Nacional de Futbol contra el seleccionado de Países Bajos, mexicanos residentes en aquel país protestaron dentro y fuera del estadio donde se desarrollaría el partido, e incluso en la entonación del Himno Nacional de México sacaron y agitaron pañuelos negros como muestra de luto. A la par que, en las afueras del estadio, medio centenar de connacionales también protestaba.
Destaca también lo sucedido durante la gala número 15 de los Grammy Latinos, celebrado el 19 de noviembre en la ciudad de Las Vegas, Nevada, cuando el puertorriqueño Residente, entonces vocalista de Calle 13, mostró una playera negra con la leyenda “Ayotzinapa, faltan 43” casi al final de su interpretación de “El aguante”, gritando “¡Ayotzinapa somos todos! ¡No podemos permitir que eso siga sucediendo en estos tiempos! ¡Que viva México!”.
Así mismo, en esa misma entrega, Lila Downs dedicó a los 43 desaparecidos en Ayotzinapa el premio que ganó a Mejor Álbum Folklórico, con la producción que realizó con Niña Pastori y Soledad y declaró que su disco Balas y Chocolate era un homenaje a las víctimas de este suceso.
Por su parte, la chilena Mon Laferte hace referencia a los desaparecidos en Ayotzinapa en su canción “Alma en pena” de su álbum Mon Laferte vol. 1.
Así, cantantes, actores, escritores y artistas plásticos como Elena Poniatowska, Eréndira Ibarra, Líber Terán, Francesca Guillén, Marisol Gasé, Rubén Blades, Julieta Venegas, Caifanes, Manu Chao, La Maldita Vecindad y Café Tacvba entre otros, mostraron su rechazo al suceso a través de sus redes sociales o con prendas que mostraran el hashtag #YaMeCansé, #YaMeCansé2, #YaMeCansé3, #TodosSomosAyotzinapa o #Ayotzinapa.
Reporta @JHULKANCARLOS: @julioastillero El futbolista @LaloHerrera15 dice#AyotzinapaSomosTodos pic.twitter.com/Tw8svJsV3B
— Julio Astillero (@julioastillero) 24 de noviembre de 2014
En este sentido, fueron varios los actores políticos de México que se mostraron solidarios con los padres de los jóvenes normalistas y su causa de exigir justicia, pero en este sentido, al quedar claro el papel protagónico de funcionarios de gobierno en los hechos, la misma sociedad marginó a los partidos políticos al señalarlos como parte del problema.
Así, el instituto político que salió más afectado por esta crisis fue el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que postuló a José Luis Abarca, entonces presidente municipal de Iguala y señalado como quien mandó a los policías municipales a interceptar a los estudiantes que circulaban en autobuses desde la terminal de Iguala, pensando que se dirigían a boicotear un evento de su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, titular del DIF municipal.
Así, a lo largo de cuatro años los familiares y amigos de los 43 estudiantes de Ayotzinapa se han encontrado con distintas muestras solidarias en todo el mundo, dado que el caso de sus hijos generó una sensación de vulnerabilidad entre muchos ciudadanos, sabiendo que cualquiera podría correr la misma suerte, y que pese a las diferencias, nos une la misma indignación y las mismas ganas de saber qué pasó esa noche en Iguala.
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