Oaxacanita Chocolate fue seleccionada en 2016 por el gobierno de Barack Obama, a través de la Young Leaders of the American Initiative, como uno de los mejores proyectos de emprendimiento social en América Latina y el Caribe
La mixteca oaxaqueña es la región más pobre de México, según datos del Coneval de 2017. De sus 155 municipios, 153 están en condiciones de media a extrema marginación.
De raíces oaxaqueñas, Germán Santillán fundó Oaxacanita Chocolate, una empresa social que hace de la chocolatería tradicional una herramienta que impacta de manera social, económica y ambiental a la región. Realizan desde el cultivo del cacao hasta su transformación y puesta al mercado sin intermediarios, en todo el proceso se ven involucradas comunidades indígenas y marginadas de la mixteca oaxaqueña.
“Nosotros nos encargamos de dar capacitaciones, de brindar todos los instrumentos que necesitan para que por medio de la venta del chocolate podamos generar este cambio en la comunidad”, explica Germán.
En la producción trabajan con 26 familias y 2 mil árboles de cacao, y poco a poco se suman más productores; para la transformación, en Tamazulápam del Progreso trabajan con cocineras tradicionales a las cuales les han dado una fuente de ingresos fija; y finalmente, impulsan el trabajo de palma con artesanos de la comunidad de San Isidro Lagunas, quienes elaboran a mano el empaque de algunas presentaciones.
“El chocolate se vuelve un pretexto para generar bienestar en nuestras comunidades porque es un producto muy tradicional y local que saben manejar en los pueblos y además tiene mucho atractivo en mercados nacionales e internacionales”, explica Germán.
Sin embargo, el impacto va más allá de lo económico.
“Lo que más nos ha gustado es que afortunadamente también hemos visto un cambio de mentalidad, de repente con las mujeres con las que trabajamos que a veces los maridos no las dejaban salir a trabajar ni ir a cualquier lugar a ciertos horarios, ahorita ya las mujeres tienen esa disponibilidad de decir, ‘¿Sabes qué?, yo voy a salir a trabajar, voy a generar mis propios recursos y puedo darle un extra a mi familia’”, comenta Germán.
Oaxacanita Chocolate fue seleccionada en 2016 por el gobierno de Barack Obama, a través de la Young Leaders of the American Initiative, como uno de los mejores proyectos de emprendimiento social en América Latina y el Caribe. También han tenido colaboraciones con el Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Harvard y en 2018 fueron seleccionados como uno de los 20 mejores emprendimientos sociales a nivel mundial por The International Youth Foundation, el sistema de universidades más grande del mundo con un impacto en cerca de 98 países.
“El trabajo que hemos estado haciendo nos ha llenado de mucho gusto porque hemos podido demostrarle a mucha gente que con acciones muy pequeñas puedes tener un impacto muy grande y ser reconocido internacionalmente”, señala Germán.
Actualmente, Oaxacanita Chocolate tiene presencia en ocho estados de la república y este año logró formalizar la Asociación de Chocolateros del Estado de Oaxaca que reúne a chocolaterías de casi un siglo de formación con la nueva generación de chocolateros.
“El chocolate es una de las cosas más deliciosas de todo el mundo, de hecho, empezamos el proyecto porque a mí me gusta muchísimo el chocolate y al mismo tiempo vi que podía tener un impacto. Eso es algo muy bonito que cualquier emprendedor debería de tener en cuenta si quiere empezar un proyecto, que sea algo que le guste y que pueda integrar a más personas y beneficiarlas”, concluye Germán.
Diana Jiménez
Fotografías cortesía de Oaxacanita Chocolate
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