La principal característica que debemos conocer de la demencia senil y que la diferencia del alzheimer es la probabilidad de mejora
El término demencia hace referencia a un síndrome (conjunto de sígnos y síntomas) en el cual se produce una afectación adquirida de las funciones mentales superiores o funciones cognitivas (memoria, lenguaje, atención, visuoespacial, etc) lo suficientemente importante como para impactar en el funcionamiento habitual de la persona que lo padece.
Existen distintos tipos de demencia, y una forma de clasificarlas es de acuerdo a su presentación clínica (síntomas, edad de comienzo, progresión de la enfermedad, etc) y su etiología o causa. En esta clasificación de las demencias podemos encontrar otras que no sean el Alzheimer, como por ejemplo la Demencia Vascular, la Demencia con Cuerpo de Lewy o la Demencia Frontotemporal, entre otras.
La principal característica que debemos conocer de la demencia senil y que la diferencia del alzheimer es la probabilidad de mejora. En algunos casos concretos de demencia es posible que haya una mejora del paciente. Esta dependerá del origen, el tipo y la naturaleza. En el caso del alzheimer a lo único que se puede aspirar es a detener su avance.
La demencia senil puede surgir debido a pequeños infartos en el cerebro o tumores cerebrales.
La demencia también puede surgir a causa del Parkinson. Ya que esta enfermedad es muy similar al alzheimer y puede provocar la aparición de algunas demencias.
Hay que tener en cuenta la definición de demencia. Ya que es el deterioro de las capacidades mentales de una persona en el que tanto su conducta como su conocimiento se ven dañados. Por otro lado el alzheimer es considerado una variación de demencia senil, con la particularidad de que termina en fallecimiento tras sufrir las diferentes fases.
Tanto en la demencia como el alzheimer se pierde la memoria a corto plazo. En ambos casos se conserva la memoria de largo plazo, es decir, los sucesos que ocurrieron hace años. Este primer síntoma es compartido entre ambas enfermedades.
Otro síntoma común es la capacidad de socializarse y relacionarse de los pacientes que las sufren. Aunque si bien es cierto, en los casos de demencia es más grave o este síntoma se manifiesta más asiduamente.
Aunque en la demencia se manifiesta más la perdida de socialización del paciente. Debemos tener en cuenta que las personas que sufren alzheimer padecen casos de agresividad, problemas psiquiátricos, paranoias o alucinaciones. Aunque, si bien es cierto que estos casos no son los más abundantes o se manifiestan en fases avanzadas del alzheimer. Además también son más comunes los problemas físicos.
Como era de esperar existen riesgos potenciales que son comunes a ambas enfermedades. Como por ejemplo la posibilidad de padecer enfermedades del corazón o accidentes cerebrovasculares. Es decir, hay un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Por ello, existen recomendaciones comunes para evitar contraer demencia o alzheimer como puede ser hacer ejercicio, estimular la mente o controlar la alimentación. Aunque, bien es cierto, que son recomendaciones muy generalistas.
¿Cómo sabes que se padece Alzheimer?
El diagnóstico es fundamental, y mientras más temprano mejor. Lamentablemente existe el concepto erróneo o prejuicio de que el envejecimiento se asocia inherentemente al deterioro cognitivo y esto no es así.
Cuando existe un deterioro cognitivo patológico hay que hacer un adecuado diagnóstico para instaurar un tratamiento temprano para intentar que la progresión de la enfermedad avance lentamente, pero fundamentalmente mejorar la calidad de vida tanto del paciente como de la familia.
El diagnóstico es a través de la evaluación clínica y neuropsiquiátrica del paciente y la entrevista con éste y un familiar. No existe un test diagnóstico para confirmar con total certeza la enfermedad de Alzheimer ante la ausencia de síntomas. Los métodos clínicos actuales utilizados son la evaluación médica realizada por un especialista en trastornos cognitivos. También hay estudios de mayor complejidad que en casos dudosos pueden ser de gran utilidad para incrementar la certeza diagnóstica, sin embargo no se utilizan de rutina.
¿Como acompañar a un paciente con Alzheimer?
El impacto de la enfermedad alcanza a todos los miembros de la familia. Por un lado la dependencia progresiva del paciente hacia un cuidador genera sobrecarga en este último, y por otro la aparición de síntomas conductuales en general suele empeorar esta sobrecarga, generando síntomas de tensión, ansiedad y depresión. Esto lleva a un cuadro de “sobrecarga o estrés” del cuidador.
Es frecuente que el familiar a cargo, a medida que progresa la enfermedad experimente diferentes emociones como la negación, rabia, ansiedad, miedo, culpa, agotamiento, enojo. Es por esto que el abordaje familiar es importante para que quienes cuidan al paciente con Alzheimer no se conviertan en “los otros enfermos”.
Algunos consejos que se le suele brindar a la familia son: ampliar la red de quienes cuidan al paciente con el fin de distribuir tareas para que no recaiga todo en una sola persona; pedir ayuda cuando sea necesario; tener tiempo para ellos mismos y sostener actividades que les resulten gratificantes; y en caso de necesitarlo, asistan a charlas o a grupos de familiares.
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