Papas, chicharrones, hamburguesas, botanas dulces o excesivamente saladas, alimentos con picante y refrescos o bebidas azucaradas son peligrosos a la salud
La población mexicana revela comportamientos adolescentes al momento de alimentarse, ingiriendo dietas ricas en grasas, azúcares y picantes.
De acuerdo con el doctor Carlos Alejandro Hidalgo Rasmussen, investigador del Centro Universitario del Sur, los mexicanos ingieren grandes cantidades de carne y proteína animal, elevando con ello el riesgo de padecer enfermedades como obesidad, arterioesclerosis, diabetes mellitus, cáncer e hipertensión arterial, entre otras.
Los alimentos procesados contienen un exceso de sustancias artificiales y/o ingredientes refinados que hacen que su sabor sea potenciado, por lo que vuelven adictos a sus consumidores.
No obstante, con un consumo recurrente el cuerpo comienza a sufrir múltiples cambios que a la larga son dañinos, como la activación del sentido de recompensa, es decir, al comer dietas ricas en grasas, azúcar y sal, nuestro cerebro activa el sentido de recompensa que impide saber cuándo hemos comido suficiente.
Esto ocurre porque contienen la energía y engañan al cuerpo al aparentar contener los nutrientes requeridos diariamente.
Además cuando se consumen alimentos naturales el organismo toma energía y utiliza cerca de un 10% para procesarlos correctamente; sin embargo, cuando se consumen alimentos procesados, el porcentaje puede variar dependiendo lo que se haya consumido.
Esto provoca que el cuerpo tome dos veces menos calorías cuando metaboliza comidas no procesadas, sobre todo las que no contienen un adecuado nivel de fibra. Debido a que no se gasta tanta energía para procesarlos, ésta se va acumulando en forma de grasa.
Alimentos con altas cantidades de azúcares que son utilizadas como botanas de medio día, dañan el sistema inmunológico provocando diversos procesos inflamatorios.
Por ejemplo, el azúcar, causa inflamación, reduce energía y da a la piel un mal aspecto, mientras que la sal, provoca deshidratación, insomnio, dolores de cabeza y fatiga.
Lo mejor es tener una dieta balanceada y consumir prebióticos (fibras no digeribles como hojas verdes y guisantes) y probióticos (bacterias vivas como las de un yogur natural) porque así el sistema inmunológico funciona mejor.
El especialista señaló que lo ideal sería no consumir carne, además de que los lácteos de otras especies no son necesarios para la salud ósea humana y se asocian con cambios hormonales para desarrollar diabetes y cáncer.
Contenido relacionado
¿Crees que tu casa es suficientemente higiénica? ¡Aquí hay malas noticias!