La autora de la fallida restauración fue una habitante de la localidad de El Rañadoiro, Asturias, María Luisa Menéndez, quien recibió autorización del párroco a cargo de la ermita
Tres esculturas del siglo XV que fueron pintadas con colores kitsch se convirtieron en el último escándalo de una fallida restauración amateur en España.
Una virgen con un manto rosa chillón, otra de pelo verde aguamarina y un San Pedro estrábico son tres tallas de madera de la ermita de la localidad de El Rañadoiro, Asturias, de apenas 28 habitantes, restauradas de forma poco afortunada con brillantes colores.
Las imágenes de antes y las de después, en las que se ve a Santa Ana con los ojos perfilados en negro y los labios carmesí, el Niño Jesús con un traje verde brillante y a San Pedro vestido de rojo sangre y dorado, se podían ver en redes sociales buscando “Rañadoiro”.
Este caso recordó al “Ecce Homo” del pueblo zaragozano de Borja, el fresco restaurado en 2012 por una vecina octogenaria que se convirtió en hazmerreír mundial al dejar a Cristo con aspecto simiesco.
“Es una locura”, indicó el restaurador Luis Suárez Saro, quien estuvo a cargo de una primera restauración entre 2002 y 2003 aprobada por el gobierno regional de Asturias, señalando que “son un testimonio de la escultura popular asturiana del siglo XV”.
La “artista” ahora fue una habitante del pueblo, María Luisa Menéndez, quien recibió autorización del párroco a cargo de la ermita.
“Yo no soy una pintora profesional, pero siempre me gustó, y las imágenes tenían mucha falta de pintarse. Así que las pinté como pude, con los colores que me parecieron, y a los vecinos les gustó”, se defendió la mujer en declaraciones a la prensa que acudió a entrevistarla.
“Es una chica que tiene afición a dibujar y a pintar, ha hecho unos cursos y ni corta ni perezosa le pareció que estaban más guapas así”, lamentó Suárez Saro, quien dijo haber visto la restauración.
Más allá de la hilaridad que generaban las imágenes en las redes sociales, la Asociación de Restauradores de España lamentó este nuevo caso.
“De nuevo gritamos #SOSPatrimonio. ¿A nadie le importa este expolio continuado en nuestro país? ¿Qué tipo de sociedad permite pasiva que destruyan ante sus ojos el legado de sus antepasados?”, escribió en su cuenta de Twitter.
El “Ecce Homo” de Borja fue noticia mundial y se convirtió en reclamo turístico para esa pequeña población, mientras que su vilipendiada autora, Cecilia Giménez, pasó a cobrar beneficios por la utilización comercial de su obra.
En junio pasado se conoció otra restauración fatal, la de una talla medieval de San Jorge a caballo en Estella, Navarra, que pasó a ser una figura a todo color y con la expresividad facial de un personaje de los cómics de Tintín.
Del «Yo no soy pintora profesional PERO…» llega:
«Yo no soy médico profesional PERO me gusta zurcir. Trae que te suturo el corte. A las muñecas les gustó. Pregúntales y verás» pic.twitter.com/xhmQTjKMdY
— Bernini 2.0 (@BerniniRocks) September 7, 2018
De nuevo gritamos #SOSPatrimonio. ¿A nadie le importa este expolio continuado en nuestro país? ¿Qué tipo de sociedad permite pasiva que destruyan ante sus ojos el legado de sus antepasados? https://t.co/iCEqmxtvDc pic.twitter.com/PhW7BGfZGc
— ACRE (@A_CR_E) September 6, 2018
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